Hacinamiento afecta cárceles paraguayas
Asunción, Par.- Paraguay ha buscado enfrentar los distintos problemas de sus cárceles, incluido el control criminal en alguna de las prisiones, pero uno se mantiene en varios centros: el hacinamiento.
En la cárcel más grande del país, la de Tacumbú, el gobierno intervino hace nueve meses con un gran operativo para contener el control y la influencia del grupo criminal Clan Rotela, una de las organizaciones criminales más importantes de Paraguay. La incursión se saldó con una decena de fallecidos, una treintena de heridos y la transferencia de más de 700 encarcelados a otros presidios.
En las prisiones de hombres recorridas, hay casos en los que hasta quince presos comparten una celda. La privacidad es un lujo que se quedó en el mundo exterior y la convivencia entre prisioneros fluye en medio de un frágil equilibrio.
En su interior, se repiten problemas comunes a las cárceles no solo de Paraguay sino de América Latina: hacinamiento, falta de privacidad y condiciones precarias. Los internos duermen en colchonetas a fin de evitar el suelo duro ante la falta de camas, las toallas se convierten en cortinas y, para los calurosos días del verano, cuando las temperaturas pueden alcanzar los 40 grados, solo un ventilador ofrece refresco a decenas de hombres.
Los 18 complejos penitenciarios de Paraguay tienen una capacidad total para 9.975 personas, pero el sistema penitenciario paraguayo tiene en reclusión a 17.675 personas, lo que se traduce en una tasa de sobrepoblación de un 177%, según el Balance Anual de Gestión Pública sobre 2023.
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