Hezbollah y el conflicto en Líbano
Muerte de Nasrallah y promesa de resistencia
BEIRUT (AP) — El número dos de Hezbollah prometió el lunes seguir luchando contra Israel y dijo que el grupo armado estaba preparado para una larga guerra, después de que buena parte de su cúpula fuera asesinada, lo que incluía a su líder, Hassan Nasrallah.
Los bombardeos israelíes han matado a Nasrallah y seis de sus comandantes en los últimos 10 días, y han golpeado lo que el Ejército describe como miles de objetivos militares en gran parte de Líbano. Más de 1.000 personas han muerto en Líbano, de las que casi un cuarto eran mujeres y niños, según el Ministerio de Salud, y el gobierno dice que los combates podrían haber desplazado a hasta un millón de personas.
El lunes por la mañana, un ataque aéreo golpeó un edificio residencial en el centro de Beirut, donde destruyó un apartamento y dañó otros. Tres milicianos palestinos murieron en el ataque, que parecía transmitir un mensaje israelí de que ninguna parte de Líbano estaba vedada.
Pese al duro golpe que ha recibido Hezbollah, el líder en funciones del grupo, Naim Kassem, dijo en su primer discurso desde la muerte de Nasrallah, en un mensaje televisado, que si Israel decide lanzar una ofensiva por tierra, los combatientes de Hezbollah están listos para pelear y defender Líbano.
"Israel no pudo afectar a nuestra capacidad (militar)", dijo Kassem. "Hay vicecomandantes y hay reemplazos en caso de que un comandante resulte herido en cualquier puesto".
El grupo entiende que "la batalla podría ser larga", añadió.
Como vicesecretario general, Naim Kassem es ahora el líder en funciones del grupo político y militar hasta que se elija un sustituto para Nasrallah.
Hezbollah ha incrementado de forma significativa sus ataques de cohetes en la última semana y ahora lanza cientos al día, pero la mayoría han sido interceptados o cayeron en espacios abiertos. Varias personas han resultado heridas en Israel. No se han producido muertes desde que dos soldados murieron cerca de la frontera el 19 de septiembre.
Kassem añadió que pese a los asesinatos de mandos militares de Hezbollah en los últimos meses, Hezbollah opera con nuevos comandantes.
Hace apenas dos semanas, un ataque similar fuera de las zonas principales donde opera Hezbollah y junto a un importante núcleo de transportes se habría considerado como una escalada y probablemente se habría visto seguida por un ataque de largo alcance de Hezbollah contra Israel. Pero las reglas implícitas del arraigado conflicto, al igual que la capacidad de respuesta de Hezbollah, ya no estaban claras.
Israel no reivindicó el ataque del lunes, aunque la opinión mayoritaria era que se trataba de una operación israelí.
Es posible que Hezbollah se esté conteniendo para evitar una escalada mayor, que podría incluir una invasión terrestre con la que ha amenazado Israel. Pero el grupo armado también podría estar desorganizado después de que la inteligencia israelí pareciera haberse infiltrado hasta sus niveles más altos.
El ataque del lunes de madrugada mató a tres miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, una pequeña facción de izquierdas que no ha participado de forma significativa en los combates de los últimos meses entre Israel y Hezbollah.
En la última semana, Israel ha atacado con frecuencia los suburbios sureños de Beirut, donde Hezbollah tiene una amplia presencia, lo que incluye el enorme ataque del viernes que mató a Nasrallah. Sin embargo, no había golpeado lugares más cerca del centro de la ciudad.
Hezbollah empezó a lanzar cohetes, drones y misiles al norte de Israel después de que el ataque de Hamás del 7 de octubre desde Gaza a Israel desencadenara la guerra allí. Hezbollah y Hamás son aliados que cuentan con apoyo de Irán, y Hezbollah dijo que continuaría sus ataques en solidaridad con los palestinos hasta que hubiera un cese el fuego en Gaza.
Israel ha respondido a los cohetes con ataques aéreos en Líbano, donde tiene su base Hezbollah, y los combates han escalado de forma progresiva en el último año, desplazando a decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera. Israel ha prometido seguir luchando hasta que los ataques se detengan y sus ciudadanos puedan volver a sus casas.
Estados Unidos y sus aliados han pedido un cese el fuego y aspiran a evitar una nueva escalada que pueda incluir a Irán y desencadenar una guerra más amplia. Pero el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha mostrado escaso interés mientras su país acumula logros militares contra un viejo enemigo.
Algunos israelíes estallaron en celebraciones espontáneas cuando se anunció la muerte de Nasrallah. En internet circulaban videos de gente en bares cantando una canción en hebreo que se burlaba de él. Un presentador de televisión en una cadena afín a Netanyahu cantó y bailó y el público en el estudio se le sumó, mientras que un comentarista en la televisora más grande de Israel ofreció a los invitados del programa bebidas de celebración.
Hezbollah, que presume de tener decenas de miles de combatientes experimentados y misiles de largo alcance capaces de llegar cualquier punto de Israel, estaba considerada desde hacía mucho como la fuerza miliciana más fuerte de la región y un socio clave de Irán a la hora de amenazar y disuadir a Israel. Hezbollah e Israel libraron una guerra de un mes que terminó en tablas en 2006.
Sin embargo, el grupo nunca ha enfrentado una ofensiva como esta, que comenzó con un sofisticado ataque a sus bípers y walkie-talkies a mediados de septiembre que mató a decenas de personas e hirió a unas 3.000, incluidos muchos combatientes pero también muchos civiles.
El vocero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que los ataques israelíes en Líbano habían "eliminado" la estructura de mando de Hezbollah, pero advirtió que el grupo la reconstruiría con rapidez.
"Estamos atentos para ver qué hacen para intentar llenar este vacío de liderazgo. Va a ser duro", dijo el domingo al programa de CNN "State of the Union".
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