Desafíos y divisiones en la política de inmigración de EE. UU.
Demócratas enfrentan desafíos ante políticas migratorias de Trump
WASHINGTON (AP) — Cuando Donald Trump asumió el cargo en 2017 con promesas de endurecer las políticas de inmigración, se encontró con protestas generalizadas que llenaron iglesias, aeropuertos y sedes sindicales mientras los legisladores demócratas juraban luchar contra el nuevo presidente republicano en cada paso.
La segunda vez, los demócratas ayudaron a enviar un proyecto a su despacho en su primera semana en el cargo.
Afectado por las pérdidas electorales, el Partido Demócrata ha estado dividido en responder a la presión de Trump contra la inmigración ilegal. Sin embargo, la introspección del partido llega cuando las apuestas difícilmente podrían ser más altas. El nuevo presidente está actuando para sellar la frontera con México a los solicitantes de asilo y deportar a millones de inmigrantes que no tienen un estatus legal permanente.
"Creo que Donald Trump ha pintado al Partido Demócrata en un rincón en cuanto a inmigración, y nos va a llevar un tiempo salir de ese rincón", señaló el senador Michael Bennet, demócrata por Colorado. "Quiero que actuemos por convicción sobre lo que creemos acerca de la inmigración y no por miedo".
Buscando áreas de acuerdo con Trump
En el Capitolio, una facción crucial de demócratas está buscando puntos de acuerdo con Trump.
Entre la Cámara de Representantes y el Senado, 58 demócratas votaron la semana pasada para aprobar la Ley Laken Riley, que requiere que las autoridades federales detengan a los migrantes acusados de robo, agresión a un oficial de policía u otros crímenes que causen lesiones o muerte.
Mientras tanto, otros demócratas en el Congreso dijeron que pasaron la última semana abordando los temores y desarrollando recursos para aquellos que podrían ser deportados. El representante Juan Vargas, demócrata de California, se unió a un sacerdote en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Diego el fin de semana pasado, llevando la Eucaristía de casa en casa porque muchos en la congregación temían salir a la calle.
Qué pueden significar los votos demócratas
Para los republicanos, los votos sobre la Ley Laken Riley fueron la prueba de que habían encontrado un mensaje ganador —amplificado y liderado por Trump— sobre la inmigración ilegal. Planean seguir impulsando legislación migratoria, así como un paquete de aproximadamente 100.000 millones de dólares que permitiría a Trump llevar a cabo sus planes de frontera y deportación.
Los senadores demócratas dispuestos a respaldar una aplicación más estricta podrían ser cruciales. Se necesita el apoyo de 60 senadores para avanzar en la mayoría de las legislaciones, lo que significa que al menos algunos demócratas necesitarán estar a bordo. Los republicanos tienen una mayoría de 53-47.
"Es un momento realmente importante para el país. Y siempre es bueno cuando lo correcto también es lo popular", indicó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, después de que se aprobó la Ley Laken Riley. Fue nombrada en honor a una estudiante de enfermería de Georgia que fue asesinada el año pasado por un venezolano que ingresó ilegalmente a Estados Unidos y se le permitió quedarse y seguir su caso de inmigración.
Cuando se le preguntó sobre los votos demócratas para la legislación, el líder del partido en la cámara baja, el legislador de Nueva York Hakeem Jeffries, fue circunspecto.
"Los demócratas de la Cámara de Representantes van a seguir tomando decisiones basadas en lo que es correcto para los distritos que representamos, y la política se ocupará de sí misma", dijo.
Desde el año pasado, muchos demócratas han avanzado hacia la derecha en seguridad fronteriza, enfatizando la necesidad de una aplicación más estricta de las normas migratorias.
Qué piensan los estadounidenses
La mitad de los adultos en Estados Unidos ahora piensa que aumentar la seguridad en la frontera debería ser una prioridad alta para el gobierno federal, según una encuesta de enero del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC. Otro 30% dice que debería ser una prioridad moderada.
Mientras que la mayoría de los demócratas se oponen a deportar a todos los inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos, aproximadamente 8 de cada 10 también favorecen la deportación de inmigrantes en el país ilegalmente que han sido condenados por un crimen violento. La administración Biden priorizó para la deportación a aquellos que representaban una amenaza para la seguridad nacional. La administración Trump planea ir más allá comenzando su operación de deportación con inmigrantes vinculados a crímenes.
El senador Rubén Gallego, un demócrata que el año pasado ganó en Arizona, donde también triunfó Trump, fue franco en su apoyo a legislaciones como la Ley Laken Riley. Dijo que simplemente estaba reflejando la voluntad de sus electores, incluidos muchos votantes latinos.
"Quieren una seguridad fronteriza sensata, soluciones de sentido común, más patrullas fronterizas, más oficiales de aduanas", explicó Gallego. "Quieren ver a las malas personas ser deportadas. Quieren ver una oportunidad para que las buenas personas encuentren una manera de quedarse aquí".
La búsqueda de unidad
Los defensores de la inmigración están frustrados por la aquiescencia de los demócratas al duro enfoque fronterizo de Trump. Temen que el presidente republicano pueda adueñarse de la narrativa en torno a la inmigración.
Vanessa Cárdenas, directora general del grupo de defensa America´s Voice, reconoció que era un "momento difícil" para los demócratas. Pero agregó que "necesitan encontrar su columna vertebral y ponerse a luchar".
Después de que se aprobó la Ley Laken Riley, los líderes del Caucus Hispano del Congreso, un grupo demócrata que generalmente ha desempeñado un papel clave en la política de inmigración, se reunieron con Jeffries mientras su partido intentaba formular un mensaje unido.
El grupo dijo que se centraría en acciones para mantener unidas a las familias de estatus mixto, proteger a los trabajadores agrícolas y abogar por los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, el grupo varía desde miembros progresistas hasta aquellos que votaron por la nueva legislación.
"Tenemos que demostrar que tenemos la capacidad de construir consenso internamente", dijo el representante de Nueva York, Adriano Espaillat, presidente del caucus hispano, a The Associated Press.
En una conferencia de prensa al día siguiente, Espaillat expuso las preocupaciones prácticas de las deportaciones masivas, desde forzar la salida de inmigrantes que han contribuido a Estados Unidos durante décadas hasta el aumento de los precios de los alimentos sin los trabajadores agrícolas.
El evento tenía la intención de presentar un frente unido, pero a medida que los miembros del caucus tomaban turnos en el micrófono, sus promesas variaban.
"Vamos a estar aquí para luchar", dijo Nydia Velázquez, legisladora demócrata por Nueva York.
Luego habló el representante Gabe Vásquez, demócrata por Nuevo México: "Hay oportunidades para que trabajemos con los republicanos, como luchar contra los cárteles y los coyotes que trafican mujeres y niños, proporcionan un suministro interminable de drogas y perjudican a nuestras comunidades fronterizas".
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