McCarthy, destituido en Cámara Baja de EU
El republicano fue cesado como presidente de la Cámara de Representantes
Washington, D.C.- El republicano Kevin McCarthy fue destituido el martes como presidente de la Cámara de Representantes —la primera vez en la historia de Estados Unidos que ocurre una remoción de este tipo—, tras una votación extraordinaria forzada por un contingente de conservadores de línea dura, en una acción que desató el caos al interior de la cámara baja y dentro de la cúpula republicana.
La acción representa casi el final de la carrera política de McCarthy, quien ha dicho en repetidas ocasiones que nunca se rinde, pero que ahora prácticamente se ha quedado sin opciones. Ni los republicanos del flanco derechista que idearon su salida ni los demócratas que aprovecharon la situación parecen dispuestos a negociar.
McCarthy dijo a los legisladores que no se volverá a postular como presidente de la cámara baja. Los siguientes pasos son sumamente inciertos al no haber un claro sucesor para comandar a la mayoría republicana en la Cámara de Representantes. La actividad quedará detenida en el recinto hasta la próxima semana, cuando los republicanos traten de elegir a un nuevo presidente.
“Puede que hoy haya perdido esta votación, pero al salir de esta cámara me siento afortunado de haber servido”, dijo McCarthy en una rueda de prensa. “No cambiaría nada”.
El principal rival de Kevin McCarthy, el legislador representante por Florida Matt Gaetz, presentó una inusual “moción para dejar vacante” la presidencia legislativa, la cual rápidamente se convirtió en una dramática votación.
El silencio se apoderó del recinto mientras el funcionario a cargo daba por cerrada una votación de 216-210, diciendo que “por lo tanto, declaro vacante” el cargo de presidente de la Cámara de Representantes.
Momentos más tarde, uno de los principales aliados de McCarthy, el representante Patrick McHenry, tomó el martillo, y de acuerdo con las reglas de la cámara baja, fue nombrado presidente pro tempore para ocupar el cargo hasta que se elija a un nuevo presidente.
Fue un desarrollo sorprendente para McCarthy, un castigo alimentado por crecientes quejas, pero incitado por su decisión del fin de semana de trabajar con los demócratas para mantener abierto el gobierno federal en lugar de arriesgarse a un cierre.
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