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Tiendas de campaña en los campus italianos contra los alquileres disparados

Por EFE

Mayo 10, 2023 01:30 p.m.

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Tiendas de campaña en los campus universitarios de Milán y Roma: así denuncian algunos estudiantes italianos los elevados precios del alquiler, que pueden superar los 700 euros por una habitación en un piso compartido cerca de la facultad o los 1.300 euros en una residencia.

El gesto de Ilaria, una estudiante de ingeniería de 23 años que acampó hace varios días frente al Politécnico de Milán con una pancarta que decía "basta" a los "alquileres insostenibles", se ha extendido por el país y ha llamado la atención de las autoridades para comprometerse a dar una respuesta que alivie la economía de los universitarios.

"En Roma, cerca de las facultades están pidiendo 600 y 700 euros por una habitación individual, a veces incluso compartida con otra persona", explica a Efe Sara, estudiante de Ciencias Políticas en la Sapienza.

Esta joven de 20 años asegura que cada día recorre una hora y media en varios autobuses para llegar a la facultad desde la casa de sus padres, ya que le es imposible afrontar el coste de una habitación a una distancia más prudente del campus.

Sin embargo, desde hace un par de días duerme frente a la propia facultad junto a una docena de estudiantes que han improvisado un campamento que crece cada día, incluso a pesar de la lluvia.

La protesta parece tener efecto. En Milán, después de la acampada iniciada por Ilaria, el alcalde, Beppe Sala, ha convocado a los rectores universitarios para estudiar medidas sobre los alquileres estudiantiles.

"Pedimos una renta estudiantil que ayude a pagarlos y que nos permita a los estudiantes tener cierta independencia económica", comenta Sara.

Otros compañeros apoyan las reivindicaciones, como Giuseppe, quien señala qué los alquileres se han disparado en los últimos años: comenzó pagando 350 euros por una habitación individual en 2016 y ahora, inscrito en un máster, paga 550 por otro cuarto más lejos del campus.

 "Yo pago 650 euros por una habitación en un apartamento compartido con otras seis personas a media hora del campus", explica por su parte Chiara, de Bérgamo (norte de Italia) y estudiante del primer curso.

PROMESAS DEL GOBIERNO: "CUANDO LLEGUEN YA ESTAREMOS EN EL PARO"

La semana pasada, la ministra de Universidad e Investigación, Anna Maria Bernini, prometió crear un "grupo de expertos" para analizar el asunto y tomar medidas que "garanticen el derecho al estudio".

El Gobierno ha prometido reducir los alquileres hasta "el 15 % en función del coste final", aunque no se ha especificado ninguna medida y antes los técnicos deberán analizar "el coste medio pagado por una cama" en función del mercado de cada región.

Según una encuesta de Eurostat, en Italia el 68 % de los universitarios viven con sus padres. Además, solo el 5 % alquila una habitación en una residencia pública frente a una media europea del 17 %, recuerda un informe del Consejo Nacional de Estudiantes Universitarios (CNSU).

Según esa fuente, solo hay 36.000 camas disponibles ante una demanda de 764.000 personas, una escasez que el Gobierno va a tratar de solucionar con los fondos europeos del Plan de Recuperación de la pandemia y que prevé la construcción de más de 60.000 habitaciones nuevas.

Aún así, los sindicatos de estudiantes mantienen convocada una manifestación general para el 26 de mayo y desconfían de las promesas de los políticos, especialmente conociendo la burocracia italiana.

"Yo pedí una ayuda para el alojamiento a principios de curso y me la han aprobado en marzo, hasta ahora he recorrido más de dos horas los días que tenía que ir a la universidad", comenta una becaria de investigación cerca de las tiendas de campaña de otros compañeros.

Sobre las intenciones del Gobierno ironiza otra amiga: "Cuando se ponga algo en marcha ya estaremos graduados y con un contrato temporal cobrando menos de 1.000 euros".