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Washington.- El presidente Donald Trump lanzó un ataque frontal a la Corte Penal Internacional el jueves al autorizar sanciones económicas y de restricciones de viajes a empleados del tribunal que participan directamente de la investigación a soldados y agentes de inteligencia estadounidenses implicados en posibles crímenes de guerra en Afganistán sin consentimiento de Estados Unidos.
Un alto funcionario del gobierno dijo que la investigación de la CPI viola la soberanía nacional estadounidense y sostuvo que Rusia podría alentar las acusaciones al personal estadounidense. El funcionario, que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a informar sobre la orden, se negó a dar detalles de la presunta influencia rusa sobre la corte.
La corte con sede en La Haya fue creada en 2002 para juzgar crímenes de guerra, de lesa humanidad y genocidio en zonas donde sus autores podrían no tener que enfrentar la justicia. Por ahora 123 estados reconocen su jurisdicción.
Grupos defensores de los derechos humanos deploraron la medida del gobierno.
La medida “allana el camino para imponer sanciones a funcionarios de la CPI y demuestra desprecio por el estado de derecho global”, dijo Andrea Prascow, directora en Washington de Human Rights Watch.
“El asalto a la CPI es un intento de impedir que las víctimas de crímenes graves, sea en Afganistán, Israel o Palestina, obtengan justicia”, dijo Prascow.