“A veces siento que ya no puedo más”

Ciudad de México.- Patricia Santiz perdió sus dedos hace varios años, pero aun así, teje los trajes típicos de su natal Chiapas con los muñones de sus manos; sus piernas fueron amputadas, pero eso no le impide recorrer la Ciudad de México, a bordo de su silla de ruedas para poder vender las prendas artesanales en el Centro Histórico. Su motivación: sacar adelante a sus dos hijos.
“Muchos me preguntaron ¿por qué decidiste tener hijos? Estás enferma, no tienes tus pies, no tienes tus manos, no tienes dinero, pero lo que sí tengo es mucho amor a la vida y, sobre todo, a mis hijos (...), a veces tengo muchos dolores y siento que ya no puedo, pero escucho a mis hijos y me levanto y voy de nuevo a la carga, por ellos”, enfatiza Paty.
Paty comenzó a sufrir desde los siete años los estragos de osteomielitis crónica y neuropatía sensorial periférica.
Paty fue víctima de violencia intrafamiliar, por lo que después de 10 años se separó y con ayuda de su madre ha logrado sacar adelante a sus hijos.
¡Sigue nuestro canal de WhatsApp para más noticias! Únete aquí
Balam y Aarón tienen 15 y 10 años, respectivamente, viven en Chiapas con su abuela, pero eventualmente visitan a su madre y la ayudan en su negocio
“Para este 10 de mayo, yo les diría a todas las madres que somos muy afortunadas porque el amor por un hijo o una hija es el valor más puro. Cada vez que veo a mis hijos le digo a mi mamá: no sé qué hice tan bien para que Dios me diera estos dos regalos y daría todo por ellos”.