Fieles veneran a la Guadalupana
Sortean peligros, calor y frío para visitar a la Virgen del Tepeyac
Ciudad de México.- Las historias de fe y esperanza se cuentan por millones. Algunos llevan días sorteando los peligros de carreteras, el calor y el frío.
A pie o de rodillas siguen su devoción para encontrarse, como cada 12 de diciembre y aunque sea por unos segundos, con la Virgen de Guadalupe.
También están aquellos que regalan un taco o un poco de agua para calmar el hambre y la sed de los visitantes, y como muestra de agradecimiento por los milagros recibidos.
Millones de creyentes de todas partes del país viajan miles de kilómetros para poder verla, agradecerle por un año de bendiciones y poder celebrarla con las tradicionales mañanitas.
De entre miles de peregrinos destaca un adulto mayor que avanza de rodillas sobre la calzada de Guadalupe.
Un bastón y la mano de su esposa son su apoyo. Los acompaña un niño de 13 años que cuidadosamente coloca trapos doblados frente al señor para amortiguar el dolor y lo caliente del piso.
Se trata de Rosalío, quien a pesar de las dos cirugías de rodillas que ha recibido, sus más de 60 años y el fuerte calor, decidió llegar de rodillas al atrio principal de la Basílica para darle gracias a la Virgen de Guadalupe por la salud de su hermana menor, quien hace poco fue operada de los pulmones y estuvo una semana entubada.
“Es para darle gracias a la Virgen, porque yo le pedí que ayudara a mi hermana en su operación y gracias a ella ya está mejor y ya hasta pudo volver a trabajar, por eso no importa qué tanto me cueste llegar, lo tengo que hacer. Todo sea por ella”, dijo.
Adela comentó que su esposo planeaba hacer esta peregrinación solo, ya que decidió caminar desde Tulyehualco a la Basílica para posteriormente llegar a la entrada de rodillas, una travesía que le tomó más de ocho horas seguidas de esfuerzo y cansancio.