Impactos devastadores del Tren Maya: patrimonio y ambiente en riesgo
El Tren Maya y su impacto en el patrimonio arqueológico y ambiental
La construcción del Tren Maya, obra emblemática del sexenio del presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha provocado en la Península de Yucatán el desplazamiento de personas, enfermedades poco estudiadas en los trabajadores, la destrucción de sus viviendas, la tala de millones de árboles y plantas, la fragmentación del hábitat de diversidad de animales, su desplazamiento y muerte, así como la pérdida irreversible de monumentos arqueológicos e información milenaria.
Estas fueron algunas de las conclusiones de las y los participantes de la sesión extraordinaria "Región Maya, problemas culturales y socioambientales", realizada el 24 de mayo en la Casa de la Cultura de Solidaridad, en Playa del Carmen, bajo la coordinación del investigador, Bolfy Cottom, como parte del Seminario Patrimonio Cultural: Antropología, Historia y Legislación, un proyecto de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
La bienvenida estuvo a cargo de la secretaria de Medio Ambiente de Solidaridad, Lourdes Várgues, quien habló sobre la importancia de conservar los ecosistemas y las acciones que, en esa vía, se aplican para atender problemáticas como el recale masivo de sargazo o las invasiones, que provocan deforestación.
La mesa de análisis contó con intervenciones de la periodista y columnista de EL UNIVERSAL, Adriana Malvido; del biólogo, Roberto Rojo; del naturalista y especialista en jaguares, Raúl Padilla; de Talismán Crúz, joven activista integrante de "Cenotes Urbanos", con la conducción del buzo, José Urbina, así como reflexiones de investigadores como Rodolfo Medellín y el director del proyecto Gran Acuifero Maya (GAM), Guillermo de Anda.
También se transmitió el mensaje de los dos grupos con mayor trayectoria del movimiento ambiental en Quintana Roo, desde hace más de 30 años, en Cancún y Playa del Carmen –el Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), fundado por Araceli Domínguez– y Moce Yax Cuxtal, quienes rememoraron su lucha en contra de proyectos en la bahía de Xcacel-Xcacelito, la destrucción de manglares en Puerto Cancún, el el freno a Dragon Mart y Malecón Tajamar y la pelea en contra del gigante Calica, hoy Sac Tun.
En el relevo generacional, se expusieron los recientes triunfos jurídicos obtenidos por la organización Defendiendo el derecho al Medio Ambiente Sano (DMAS), que obtuvo sentencias a favor contra el Programa de Desarrollo Urbano de Cancún 2022 (PDU), el freno al proyecto Gran Solaris, a un costado de Playa Delfines y el caso URBI, sobre el derecho a vivienda digna y un medio ambiente sano.
Dividido en dos bloques y con una duración de casi seis horas, la mesa de análisis contó con la participación de los investigadores del INAH, Juan Manuel Sandoval y Fernando Cortés, este último, considerado por el Instituto como "el peor arqueólogo que existe del mundo", por haber alzado la voz en contra la destrucción del patrimonio antropológico, histórico y cultural mexicano, provocado por las obras del Tren Maya.
Al tomar la palabra, Sandoval Palacios invocó los resultados de un cuadernillo de su autoría, titulado "la construcción del Tren Maya y la Destrucción del Patrimonio Arqueológico en la Península de Yucatán"; una suerte de memorias sobre lo que atestiguó con otros investigadores, en recorridos, prospecciones, datos y testimonios en las zonas que recorrerá el circuito del ferrocarril, principalmente en sus tramos 5, 6 y 7, en Quintana Roo y Campeche.
"Esta afectación ha implicado la destrucción y el saqueo de monumentos en algunas zonas arqueológicas, sin explorar o recién descubiertas, por la maquinaria y el personal de empresas constructoras y otras, además de diversas personas de poblaciones cercanas.
"También ha implicado la destrucción de monumentos arqueológicos en algunos ejidos y comunidades por parte de ejidatarios y habitantes de las mismas quienes, al enterarse que el Tren Maya pasaría cerca de o dentro de sus tierras, se dedicaron a vender predios que contenían estructuras prehispánicas que fueron arrasadas y saqueadas por esas personas para no dejar ningún vestigio", se lee en el robusto texto, acompañado de imágenes, que ahí mostró.
Sandoval señaló que, en otras ocasiones, destruyeron los monumentos arqueológicos para construir edificaciones comerciales –tiendas, hoteles o restaurantes–, esperando obtener beneficios del turismo que llevará el Tren Maya a la región.
"La información recabada sobre esta situación se llevó a cabo en varias temporadas de trabajo de campo recorriendo toda la ruta del Tren Maya (más de mil 500 kilómetros de longitud) en la segunda parte de 2018, a lo largo de 2019; y, a partir de julio de 2021 y hasta fines de abril de 2023", precisó.
El investigador subrayó que la destrucción de monumentos arqueológicos por parte de las compañías constructoras aumentó cuando iniciaron las obras en los tramos 5 (Norte y Sur), 6 y, en mayor cantidad, en el Tramo 7.
El pasado 23 de mayo, previo al evento, Cortés, Sandoval, Malvido y Cottom, fueron llevados por Urbina, Rojo y Padilla a la zona del cenote "Casa de las Tortugas", para constatar personalmente que lo documentado en el Tramo 5 Sur –de Playa del Carmen a Tulum– no son montajes, sino realidades.
La experiencia fue descrita por la periodista, Adriana Malvido, como "estremecedora" y consideró que el Tren Maya "reúne todos los agravios ambientales y sociales" debido a la magnitud de los daños provocados y documentados por el movimiento "Sélvame del Tren", cuya labor reconoció por su defensa al territorio.
En el lugar hubo una gran cantidad de vestigios arqueológicos alrededor que fueron "sacrificados" para sacar adelante el proyecto, narró Urbina.
Al respecto, Malvido resaltó que "no son nada más piedras. Es el legado que recibimos, que heredamos de los mayas; que nos habla de lo que fuimos, de lo que somos. Es muy importante la revalorización del patrimonio arqueológico.
"Y algo de lo que quizá parece superfluo, pero no lo es: El derecho a la belleza. Cuando nosotros vemos lo que han en esos cenotes, es una maravilla", expresó.
Cortés de Brasdefer le respaldó: "Lo que vimos es verdaderamente vergonzoso", y lo sumó a los videos que documentan la perforación de los techos de cavernas para el hincado de miles de pilotes, acción que constituye –dijo– la destrucción de información de 10 mil años de antigüedad.
"Ahí está la Prehistoria; 10 mil años de antigüedad sin que haya nadie que los pueda defender y que están destruyendo", expresó acerca de los hallazgos de fauna pleistocénica y de restos humanos milenarios bajo el gran sistema de cavernas y ríos subterráneos de Tulum.
Expuso que los derrames de cemento y grasa están modificando la superficie y el patrimonio arqueológico y paleontológico, haciendo imposible su estudio posterior.
"Se han hecho estudios en el área maya, donde los investigadores han detectado un área amplia, donde desde hace dos mil años se puede saber, a través de estalagmitas, a través de la acumulación de isótopos de oxígeno se puede saber cuándo, en esos dos mil años, dejó de caer agua.
"¿Y qué quiere decir esto? Que se puede saber por qué la Cultura Maya desapareció. Esas estalagmitas que están siendo destruidas tienen esa información", subrayó.
Explicó que cuando cae el agua, el bicarbonato de calcio se acumula y ese material calcareo forma círculos concéntricos "como si se tratara de un árbol largo", que pueden ser estudiados y aportan información.
Debido a la sequía y, a falta de agua de lluvia, estas formaciones dejaron de crecer por años, obligando a los mayas a emigrar, porque no podían sembrar, ni comer, lo que era reclamado a la clase gobernante, detalló.
"Nunca se murieron en ese momento. Decayó la cultura", mencionó. A ese período se le llamó Postclásico, cuando la escritura casi dejó de practicarse, ni se estudiaban los astros y la memoria se había perdido.
"¿Y por qué? precisamente porque hubo una gran sequía. Y eso (información) es lo que se está destruyendo", manifestó.
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