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No hay entorno cultural que justifique el abuso de un niño, asegura Zaldívar

Por El Universal

Abril 10, 2023 08:27 p.m.

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CIUDAD DE MÉXICO, abril 10 (EL UNIVERSAL). - Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) externó su opinión sobre el video viral en el que se observa a Dalái Lama, máximo líder del budismo tibetano y religión bön, besar a un niño.


Las imágenes que le han dado la vuelta al mundo han generado indignación entre la sociedad, quien ha señalado de pedofilia a Tenzin Gyatso, decimocuarto Dalái Lama, y quien incluso ha emitido disculpas públicas.
A través de un mensaje colocado en sus redes sociales, el ministro Arturo Zaldívar calificó de perturbador y triste el video. Además, señaló que no hay broma ni entorno cultural que justifique el abuso de un niño, "porque eso fue lo que hizo el líder religioso".
En el mensaje de su cuenta de Twitter también se lee: "Una lástima que con su 'océano de sabiduría' no haya entendido algo tan obvio. #ConLasNiñasYNiñosNo".
El ministro Zaldívar citó la disculpa pública que lanzó a través de Twitter la cuenta oficial del Dalái Lama, Tenzin Gyatso.
"Un video que circula muestra una reunión reciente en la que un chico joven pide a su santidad si le puede dar un abrazo. Su santidad desea disculparse con el chico y su familia, así como con los amigos alrededor del mundo, por las heridas que sus palabras hayan causado.
"Su santidad a menudo bromea con la gente que conoce de forma inocente y juguetona, aún en público y ante las cámaras. Él lamenta el incidente".
¿Qué ocurrió con el Dalái Lama? En redes sociales se viralizó un video en el que se observa el momento en que el Dalái Lama, máxima autoridad del budismo tibetano, besa a un niño en un acto público. Los hechos ocurrieron después de que el menor le preguntó si podía darle un abrazo.
El menor se separa rápidamente, pero el Dalái Lama, de 87 años, reposa su cabeza contra la del menor y permanece así durante unos segundos.
Posteriormente se acerca hasta el menor, saca la lengua y pide que chupe. Después de ese gesto el monje tomó la mano del pequeño y acarició con su dorso su rostro.
Tras estos actos, el monje continuó con la ceremonia que oficiaba, para finalizar con un abrazo del que el niño tuvo que zafarse.