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Padre no se da por vencido

El hombre busca a su hijo y su cuñado desaparecidos

Por El Universal

Enero 25, 2025 03:00 a.m.

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Saltillo, Coahuila.- Doña Romanita Ortiz Reyes y su hija Carmen Ramírez Ortiz caminaron siempre en busca de Pedro Ramírez Ortiz y Armando Salas Ramírez: hermano y nieto; hermano e hijo, respectivamente. 

Al frente de las caminatas, marchas, protestas y reuniones, estaban ellas, incansables. Inclusive después de que a la señora Carmen le amputaron una pierna, allí estaba ella, en silla de ruedas o en un carrito que la moviera.

Sin embargo, después de años de búsqueda ambas murieron. Primero fue Romanita, el 26 de abril de 2017. Después, el 13 de septiembre de 2024, Carmen también perdió la batalla. Antes de morir le dijo a José Salas, su esposo, que cuidara a sus hijas y siguiera buscando.

“Me encargó a mis hijas. Ella estaba conmigo, y de repente (…) Y si sigues buscando, me dijo. Mientras yo esté voy a seguir”, dice seguro y con enojo José Salas.

La señora Romanita y Carmen fueron las principales buscadoras. Normalmente los padres se ausentan para seguir trabajando, seguir subsistiendo, como comenta José Salas.

Él siempre que pudo acompañó a su esposa y a su suegra, exigió y acudió a decenas de reuniones. Pero perdió la fe muy pronto.

El padre buscador, de 59 años, dice que las autoridades les hablan bonito, pero siguen en ceros. “Cobran salario como si trabajaran. Los que trabajamos somos los colectivos. Les entra por aquí y les sale por el oído, gobiernos van, gobiernos vienen”.

José es integrante del colectivo Fuundec, uno de los primeros colectivos del país. De hecho, el caso de su hijo y cuñado es uno de los primeros que se presentaron.

Fue el 12 de mayo del año 2008 que Pedro y Armando se dirigían a revisar maquinitas de videojuegos al poniente de Torreón. Pero no regresaron a comer. 

Esa noche contestaron el teléfono de su cuñado y una voz de hombre les dijo que se habían metido en territorio equivocado y que no perdonaban. No volvieron a saber de ellos.

Con la muerte de su suegra y su esposa, el señor Salas se cuestiona quién seguirá la búsqueda si no está él. Por eso asegura que seguirá en la lucha mientras esté vivo.