“Quería a Chiapas en paz”

San Andrés Larráinzar, Chis.- “Padre Marcelo, esta es la última vez que te vengo a ver. Que Dios te reciba en su morada”, exclamó la profesora Alicia Hernández López ante el féretro rodeado de flores y un retrato del párroco Marcelo Pérez Pérez, asesinado el pasado domingo en San Cristóbal de las Casas.

La mañana de ayer llegó el cortejo a la plaza central de San Andrés Larráinzar, donde se ofició una misa de cuerpo presente. Sus padres, Miguel Pérez Sántiz y Antonia Pérez, sus seis hermanos y dos hermanas recibieron las condolencias de cientos de tzotziles que llegaron de las comunidades más pobres de las regiones Norte y Altos de Chiapas.

Durante la misa de cuerpo presente, el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel -quien en 2002 ordenó a Marcelo como uno de los primeros sacerdotes indígenas de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas- exaltó su martirio.

“Dio la vida por sus hermanos, como Jesucristo, por eso en esta santa misa ponemos la vida del padre Marcelo con Cristo Jesús, para que sea una ofrenda agradable a nuestro Padre Dios, para que traiga la paz, la justicia que tanto necesitamos”.

El obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez, expresó que el asesinato del padre Marcelo unió a la Iglesia. “El hecho de la partida del padre Marcelo nos ha hecho unirnos más hoy como tantos otros días”.

Por su parte, el cardenal Arizmendi Esquivel subrayó que el sacerdote Marcelo fue un fiel servidor de la palabra de Dios en las comunidades donde trabajó.

“Marcelo no era líder de un partido político ni de un grupo, sino ministro de Dios. Quería que viviéramos como hermanos. Quería que Chiapas no fuera un infierno, sino un paraíso de paz”, señaló el cardenal.