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Ropa y zapatos, evidencias del horror: GIEI

Carlos Beristain resalta que todo lo hallado en Teuchitlán tiene que estudiarse científicamente

Por El Universal

Marzo 27, 2025 03:00 a.m.

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Guadalajara, Jal.- “Las evidencias del horror de esos zapatos y ropas (en Teuchitlán), muestran también la impunidad de las diligencias mal hechas o las denuncias nunca investigadas que se acumulan en México”, así lo expresó el español Carlos Martín Beristain, quien formó parte del GIEI para el Caso Ayotzinapa y reconocido por su labor con las víctimas de las violencias de Estado en varios países.

Por medio de un escrito en el portal “A dónde van los desaparecidos”, Martín Beristain escribió “Las evidencias del horror en Teuchitlán muestran otras verdades”, donde relata desde su experiencia, lo importante que es para un caso de víctimas de desaparición, tomar en cuenta las evidencias encontradas como zapatos y ropa.

El experto asegura que la ropa y cientos de zapatos hallados el pasado 5 de marzo por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco en el Rancho Izaguirre, “tienen que estudiarse científicamente” y “la negligencia o complicidad investigarse”.

“La ropa, los objetos, humanizan la pérdida. Los restos óseos se parecen en todos nosotros, pero la ropa, los objetos tienen un valor simbólico clave, la ropa es el último rastro, la última huella de una presencia”, escribe el psicólogo.

El caso Teuchitlán, que hasta el pasado martes, tras más de 15 días de su hallazgo, fue tomado por la Fiscalía General de la República (FGR), ha retratado el horror que se vive todos los días en México, ya que presuntamente era usado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), como un centro de confinamiento, adiestramiento y exterminio de cuerpos.

Martín Beristain narra que desde hace años, cuando visitó la sierra Tarahumara, los indígenas y pobladores de varios pueblos le contaron que había jóvenes que eran reclutados para entrenamiento de grupos del narco.

“Algunos nunca volvían, otros lo hacían con las prácticas aprendidas del terror que habían sufrido, aplicado ahora a sus comunidades. Unos pocos conseguían escapar”, lamenta.

En otras partes de México, escribe el experto, “varias veces escuché los relatos de centros de entrenamiento y de que personas que estaban siendo desaparecidas habrían sido llevadas para ser forzadas a algún tipo de trabajo o para incluirse en la dinámica de esos grupos de delincuencia tremendamente organizada. Y digo tremendamente organizada porque parece que los estados no se enteran, cuando en cambio son la estructura organizada del poder”.