“... Un señor de 95 años se casó con una dama de 90. Todas las noches, ya en la cama, él la tomaba de la mano y luego se dormían los dos...”.
A
Ayer, con delicadeza,
ella la mano quitó.
“Perdóname -dijo-. Hoy no.
Tengo dolor de cabeza”.
Ayer, con delicadeza,
ella la mano quitó.
“Perdóname -dijo-. Hoy no.
Tengo dolor de cabeza”.