Agua y su utilización a nivel mundial
En estos momentos en que estamos empezando a pagar las consecuencias de nuestras erróneas políticas de utilización y manejo del agua en nuestra ciudad de San Luis Potosí, y que se repite a lo largo de todo el país y de todas las ciudades del mundo en mayor o menor grado en función de la disponibilidad de la propia agua, debemos hacer un alto en el camino y verlo desde una perspectiva global.
Sólo el 3% del agua del planeta es agua dulce, es decir apta de consumo humano. De ese 3%, el 2% es agua congelada en los polos y en glaciares, por lo que la disponible para la humanidad es sólo el 1% del agua del planeta.
Dicho 1% es manejado en parte por la humanidad de fuentes superficiales como ríos, lagos y lagunas, y de fuentes subterráneas, es decir de pozos a diferentes profundidades. Y toda esa agua ya conducida por diversas maneras, principalmente CANALES Y TUBERÍAS, llega hasta su uso final que a nivel mundial se distribuye de la siguiente manera: 69% en uso de AGRICULTURA Y GANADERÍA, 19% en uso INDUSTRIAL y por último el 12% en uso DOMÉSTICO, principalmente en las ciudades. Por lo anterior, si en el rubro de la AGRICULTURA Y LA INDUSTRIA mejoráramos tan sólo un 10% la eficiencia en el uso de la misma tendríamos un excedente de agua para las ciudades equivalente al 9%, que casi duplicaría la disponibilidad de agua en las ciudades. Lo anterior sin tomar en cuenta las variantes de conducción desde las zonas agrícolas e industriales.
El problema nos lleva al origen de todos los problemas actuales, que es la SOBREPOBLACIÓN MUNDIAL en la que estamos inmersos actualmente, ya que en el lapso de vida de muchos de nosotros de 60 años de edad, la población creció de 3,000 millones de habitantes a 8,000 millones en tan sólo este corto periodo de tiempo y la disponibilidad de volumen agua es la misma en el mundo.
A nivel mundial, el 36% de la población -2,900 millones de personas- vive en zonas de ESTRÉS HÍDRICO, o sea como en nuestro caso tenemos sobreexplotada la disponibilidad de agua. CONSUMIMOS MÁS AGUA DE LA QUE SE REPONE EN FORMA NATURAL POR LA LLUVIA. Esto se refleja en la profundidad de los pozos, que pasaron en ese lapso de 60 años en nuestra zona de 150 metros de profundidad promedio a que en la actualidad tengamos pozos a más de 500 metros de profundidad y se está pensando en 700 metros de profundidad, con el consiguiente costo energético de extracción y conducción del agua.
En cuanto a consumo PER CÁPITA de agua expresada en litros diarios por persona tenemos: EU 575 litros, Australia 493, Italia 386, Japón 374, MÉXICO 366, etc., hasta llegar a países de mínimos consumos como Eritrea 19, Etiopía 39, al igual que la mayoría de los países africanos.
Nuevamente observamos que los consumos de agua al igual que la huella de carbono y demás presiones ecológicas sobre los recursos naturales de nuestro planeta está directamente relacionada con la posición económica como país o bien como persona, según el punto de vista que lo analicemos. Lo anterior nuevamente nos hace más responsables del abuso y mal uso del agua a LAS CLASES SOCIALES MEDIAS Y ALTAS del mundo, ya que a mayores ingresos, mayor consumismo y mayor utilización de agua directamente o virtualmente en los bienes que consumimos en nuestra vida diaria, como alimentos, coches, jardines, casas, aseo, etc. Sólo nos queda, desde nuestra forma de vida diaria, ser más mesurados y menos consumistas y tener presente que al final podríamos estar desperdiciando nuestra agua, y lo que es peor, la de nuestros hijos y descendientes. “EL AGUA MÁS CARA ES LA QUE NO TENDREMOS”, y para ese punto estamos enfilados.
Como dato final, se calcula que en fugas de agua durante la conducción a nivel mundial se desperdicia entre el 20% y el 50% del agua. Revisemos nuestros flotadores y cisternas.
