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Cerebros dañados asesinos

Por Francisco Salazar Soni

Enero 28, 2021 03:00 a.m.

“Es en el cerebro donde 

todo tiene lugar”. 

Oscar Wilde.

Mi artículo de la semana pasada (Lisa, Bobbie y los rat terrier), ocasionó reacciones, mismas que se centraron en la asesina “Lisa Montgomery”, tanto como victimaria y victima a la vez. No hay duda que la escena encontrada por los detectives en la casa de Bobbie, iba en proporción directa con la mente del criminal. 

¿El cerebro del criminal es el asesino realmente? Pues bueno, es la pregunta de moda en la neuropsicología forense derivado del avance de las neurociencias. El Dr. Gerardo Laveaga del INACIPE afirma que en unos años lo que llamamos los penalistas, “la teoría de la culpabilidad”, va a desparecer, por lo tanto, las penas que hoy se imponen a los criminales (el caso de Lisa pena de muerte), serán obsoletas. Hoy, ya se habla en los Estados Unidos de “daño neuronal del lóbulo temporal”, de medicina nuclear Pet-Tac y técnicas de neuro-imagen del cerebro. Estudios en exjugadores de futbol-americano han encontrado enfermedades cerebrales por impactos en la cabeza (encefalopatía traumática crónica ETC), que les provoca depresión, impulsividad y cambios de conducta altamente agresiva. Les recomiendo ver la película “Concussion” y la serie de Netflix “El asesino oculto: En la mente de Aarón Hernández”.  

Cerebros normales que actúan más o menos bien, en sus funciones cerebrales y las sustancias químicas que se generan, no afectan la corteza y los circuitos cerebrales, a diferencia de cerebros “dañados” de origen, por un tumor o por lesión cerebral traumática. 

Endocannabinoides, dopamina, endorfinas, serotonina, adrenalina, oxitocina y vasopresina, son palabras cada vez más escuchadas por estudiosos de las neurociencias en actos perpetrados por criminales en los juicios de orden criminal.     

¿Será posible hablar ya de un determinismo biológico? ¿La gradualidad de la responsabilidad del asesino porque los neuroquímicos de su cerebro, le impiden la elección de tomar una decisión distinta a la del crimen? ¿”Ellos” distinguen entre el bien y el mal? ¿El Estado y sociedad les puede hacer un juicio de reproche partiendo de la teoría del delito sin culpabilidad? Son mucha más preguntas las que se generan, que respuestas al tema. 

¿Los individuos con cerebros dañados que en un momento dado cometen un crimen, tienen la capacidad y sobre todo la libertad de tomar una decisión ante un inminente acto contrario a las normas jurídicas? Entendiendo el delito como la conducta, típica, antijurídica y “culpable”-. La culpabilidad y su responsabilidad estarían a debate. El científico británico Robert Dawkins afirma “que una visión verdaderamente científica y mecanicista del sistema nervioso hace que no tenga sentido la idea misma de la responsabilidad”. 

TAPANCO: ¿Será? En un futuro no habrá jueces, sino químicos y farmacobiologos que suministren y supriman a los imputados de un delito tal o cual sustancia química que no produce su cerebro, la que modifica su conducta normal, por una criminal, a decir del Dr. Laveaga. 

Lóbulo temporal dañado y procesos químicos cerebrales deficientes serán un parteaguas, no solo en lo penal, sino en todas nuestras relaciones humanas. 

Francisco.soni@uaslp.mx Twitter: @franciscosoni