“Cuando lo malo es mucho;
se diluye lo que es bueno y poco”.
Maruan Soto Antaki.
Tenemos flaca memoria, se nos olvida fácilmente los acontecimientos, las noticias, los sucesos. Todo lo malo, que fue mucho, y que padecimos en treinta seis años de neoliberalismo, es cosa del pasado. Y lo poco y bueno que está emprendiendo el nuevo régimen, es motivo de crítica y más crítica (poco porque apenas lleva ocho meses el poder AMLO) en tan breve tiempo, se han tomado y ejecutado grandes decisiones que han marcado el inicio de una renovación en la administración pública. Pero estas buenas decisiones se diluyen. Se opina mayoritariamente sobre los escasos errores y se omite, se ocultan las grandes transformaciones.
La opinión pública, con las nuevas tecnologías, con las redes sociales, que son rápidas y expeditas, está muy activa, ahora todos opinan, con razón o sin ella, pero se expresan con toda libertad. Qué bueno que hay esta libre expresión, antes los cuestionamientos solo venían de la academia y del periodismo. En la reciente feria del libro, que se celebró en Lima, Mario Vargas Llosa expresó: “La democracia necesita de ciudadanos dotados de espíritu crítico que no sean fáciles de manipular y engañar, eso es el resultado de las buenas lecturas”. Si, hay que leer, informarse, para poder asimilar y distinguir lo falso de lo verdadero, lo razonable de lo irracional de las diferentes opiniones expresadas. Y los que opinamos, aunque sea modestamente, debemos ser responsables y tratar de contribuir a mejorar las cosas y no empeorarlas.
Una crítica, un comentario, una opinión irresponsable y falta de argumentación y veracidad, puede traer serías consecuencias y más si la emite una alta personalidad o institución, a la que se le ha concedido crédito moral e intelectual. Creo que debe haber congruencia en el decir con el hacer y el pensar. Se podrá estar de acuerdo o no con el gobierno de AMLO, y es positivo expresarlo con entera libertad, pero también con responsabilidad y en forma congruente, coherente y prudente.
La burocracia Opina.- Me extraña que, desde el gobierno local, algunos servidores públicos de confianza emiten sus comentarios y opiniones negativas sobre el gobierno del presidente AMLO, en los cafés, en las conversaciones con amigos y hasta publican en los medios. Estos burócratas saben perfectamente, que la mayor parte de los ingresos que tiene el gobierno del estado, es de origen federal, por consiguiente, el presupuesto de egresos, lo que gasta el gobierno en obras y servicios, es más federal que estatal; por tanto, los gobiernos locales se convierten en hacedores de las políticas públicas federales, establecen la reciprocidad y coordinación necesarias, para llevar a cabo las acciones de gobierno y tratar de resolver, los problemas existentes en cada estado, en el orden de la salud, la educación, el bienestar social, en el arte y la cultura. El gobernador, los secretarios, los directores generales, tanto del sector central como paraestatal, saben que “el que mantiene detiene”. Así el gobierno federal, considerando la opinión de los gobernadores, deciden que es lo más conveniente en obras y servicios para cada entidad federativa.
Esos servidores públicos, que critican al presidente saben todo esto, ellos ejecutan la acción de gobierno, que previamente establecieron el presidente y el gobernador, saben que su sueldo lo paga en un 80 % el gobierno federal. Entonces señores y señoras servidores públicos estatales de confianza, si no están de acuerdo con lo que están haciendo, con lo que se les manda hacer, renuncien para que puedan expresar su opinión con mayor libertad. Congruencia en el decir y en el hacer. Por eso admiro y aplaudo al Dr. Urzúa exsecretario de hacienda, que le renunció al presidente y manifestó libremente su desacuerdo con los dictados del ejecutivo. Fue congruente. Es muy cómodo mantenerse en el puesto recibir su buen sueldo y seguir “mamando y dar tope”, creo que no se debe “jalarle la trenza a la nodriza y seguir pegado a la teta”. En la administración pública, se trabaja por necesidad, pero con convicción, con ideales, compromiso y lealtad.
La Iglesia Católica también Opina.- La relación Estado Iglesia, siempre ha sido difícil, en términos generales y universalmente hablando. Esta relación ha sido estudiada por grandes tratadistas, teólogos, filósofos y políticos. Tengo poco conocimiento de las sagradas escrituras, pero encontré algo significativo sobre el tema, en la epístola de San Pablo a los Romanos: 13, 1-6 y también encontré, leyendo a Spinoza, un párrafo de su “Tratado teológico-político” que se relaciona con lo que dice SP en su epístola; transcribo parte de este párrafo por ser gran interés; Pag 486. “…Todos los decretos de Dios implican una verdad y una necesidad eterna y no se puede concebir que Dios dicte leyes a los hombres como un príncipe o un legislador. Por consiguiente, las enseñanzas divinas, ya sean reveladas por la luz natural, ya por la luz profética, no reciben inmediatamente de Dios fuerza de mandato, sino necesariamente de aquellos o a través de aquellos que poseen el derecho de gobernar y de legislar. Sólo a través de ellos, pues, podemos concebir que Dios reina sobre los hombres y dirige las cosas humanas según la justicia y la equidad...”
La Iglesia católica mexicana históricamente ha tenido desavenencias con el Estado, todos sabemos de su actuación en el S.XIX. De su conflicto que originó la guerra cristera (1926/29). Una vez que se “arregló” con el sistema político del viejo régimen, la iglesia ha actuado con mesura. En los tiempos aciagos, de conflicto político/social esta institución, ha sido prudente en sus intervenciones, en sus opiniones sobre el acontecer nacional. Su participación, por ejemplo, en la crisis del cambio de modelo económico 1982, la jerarquía católica nunca propuso el rompimiento con el régimen revolucionario, por el contrario; nos narra Roberto Blancarte, en su libro “Historia de la iglesia católica en México, 1929/1982” que su reacción fue de construir una solidaridad nacional con objeto de alcanzar la modificación paulatina del sistema. El arzobispo de Xalapa exhortó a los fieles a que no se solidarizaran “con ciertos rumores negativos y catastróficos sobre el futuro del país” y a que no creyeran en “los profetas de calamidades que propician un clima de inestabilidad social”. Pag 411.
En los ocho meses que lleva en el ejercicio del poder AMLO, y ante el cambio de régimen, que ha cimbrado a las oposiciones y que solamente iniciará la 4T., (seis años son muy pocos para limpiar toda la podredumbre que le dejaron) la Iglesia católica potosina, se pronuncia, opina frecuentemente, en voz de su vocero; en algunas ocasiones lo hace, no con un espíritu conciliador que creo es lo deseable, digo, - tratándose de quien se trata-, que llame a la unidad y evitar catastrofismos, y más cuando los ánimos están caldeados. La iglesia es una institución respetada, que tiene todo el crédito moral, y es una voz que todos consideramos.
A raíz de un problema local mínimo, nada comparable con los grandes problemas de seguridad y pobreza que tiene el estado potosino; el de una diputada que presumiblemente tiene una actuación irregular, y solo por el hecho de que pertenece al partido morena, el vocero juzga (quién soy yo, para juzgar SS Francisco I) a la 4T., pero señor mío. Si apenas se inicia. Recordemos qué en el Estado Mexicano, el presidente de la república es jefe de Estado y jefe de gobierno; un jefe de Estado solo cumple acciones protocolarias, -como en Inglaterra la Reina Isabel-, la administración pública la llevan los primeros ministros. En México, el poder ejecutivo se deposita en un solo individuo. El presidente de la República, él y solo él, es el responsable de la administración pública y la Constitución le da facultades, para cambiar y remover libremente (excepto al ministro de hacienda), a los miembros de su gabinete, por eso lleva” la voz cantante”, AMLO, gobierna y está cumpliendo con sus tareas protocolarias, políticas y administrativas. Y el que lo dude que lea: Las nueve esquinas—canasta de regalos—de JJR. Pulso de SL, 25- VII-19
Los Empresarios también Opinan.- A Través de sus organizaciones empresariales, el sector privado ha expresado en forma razonada y argumentada, su opinión sobre la 4T. No obstante qué, este sector, primordial en la economía de México, ha recibido serios embates, razonables y justificados, del nuevo régimen; ejemplo la cancelación del NACD, y el de haberles quitado los beneficios fiscales, como es que ya no tendrán condonación de impuestos. Del 2007 al 2018, los gobiernos de Calderón y Peña les condonaron –dejaron de pagar- cuatrocientos mil millones de pesos en impuestos. que equivale aproximadamente a diez veces el presupuesto de egresos del gobierno del estado en un año. Y que se legisló, en contra de la comprobación con facturas falsas. Con las que se comprobaban gastos, para omitir más impuestos (también el gobierno lo hacía). Trescientos mil millones de pesos comprobaron con documentos apócrifos (SAT 24-VI-19) repito, no obstante, estos embates razonados y justificados, Don Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, ha expresado su solidaridad, comprensión y colaboración con el gobierno de AMLO, firmando un convenio entre el sector público y el sector privado, a través del cual se invertirán treinta y dos mil millones de pesos, para fomentar la inversión y el empleo. Los empresarios, critican y opinan responsablemente. Pero además proponen.
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