Corrupción y Derechos Humanos

“La corrupción es un problema 

que afecta a los derechos humanos en su integralidad” 

CIDH

Precisamente este, viernes 10 de diciembre, se trasmite, a eso de las 13:00, una entrevista radiofónica (o en redes, o en ambas modalidades -generalmente ya van aparejadas) que me formuló la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH SLP), a colación (según me decían) a un par de artículos que escribí, precisamente, en estas líneas de Pulso, intituladas como la de hoy.

La temática se desarrolló (en un clima más que gentil -en donde también considero mi casa-), precisamente en explicar él porque de esta interconexión entre un valor y un antivalor social, la respuesta no es otra que: la corrupción jode el disfrute de los derechos humanos, el agandalle de unos pocos perjudica a la mayoría, no hay más, así de fácil y de simple.

Esta vez empezaré al revés estimada/o lector/a, es decir, dando la reflexión, y, posteriormente el fundamento, es decir, el porque digo lo que digo.

Pues bueno, decía, que mientras el sistema gubernamental anticorrupción no se consolide, no pasará de haberse creado otra burocracia más, más onerosa, aunque solo sea fachada o simulación. Refugio de compromisos políticos, pero no más.

Decía, ejemplificando, que si el dinero público destinado a una red masiva vial para transportación de personal (“el metro bus”), se gasta en su integralidad, sin funcionar (obvio un camioncito no evidencia nada), pues, los perjudicados son los que se supone hubiera tenido que beneficiar, es decir, empleadores y trabajadores (derecho al trabajo digno).

Veamos, al no concretarse un sistema de transporte masivo y rápido, que se supone auxiliaría a ahorrar tiempos y descongestionar vialidades (en una ciudad que no es muy proclive a la modalidad compartida, ejemplo, los colegios donde no existen transportación de estudiantes), pues las personas ven afectadas, entre otras prerrogativas, su salud mental por el estrés del tráfico; también, los accidentes repercuten en los derechos a la vida, la integridad física, la propiedad, etc.

En términos de derecho medioambientales, el congestionamiento sin duda afecta la calidad de un ambiente sano. Si vemos el tiempo invertido de los conductores, entenderemos, que ese tiempo no fue invertido en la calidad de sus vidas (esparcimiento, tiempo con la familia, educación, cultura, deporte, etc.).

Y este fue solo un ejemplo, ahora si pensamos en vacunas apócrifas aplicadas, pues entenderemos, afectan también derechos humanos como el de la salud o el de la vida, y todo por el agandalle de unos cuantos médicos, en verdad, en una sociedad democrática debería ser exactamente al revés (sabe lector, el beneficio de la mayoría). Bueno en fin, el punto no es sacar un listado de corruptelas de las que todos estamos enterados.

Buscando soluciones, es obvio que el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) tiene que corregirse, RE plantearse. La salida de una Auditora Superior que no vio nada de lo que acabamos de señalar (cuando menos en sus dictámenes) es un avance, aunque no suficiente si en verdad se quiere combatir el cáncer social. 

Aún, queda el propio diseño del SEA que, desde su nacimiento, ya había sido señalado de atentar contra la paridad de género, luego, los consejeros ya no honoríficos sino onerosos. Discrepancias internas en cuanto sus convocatorias a sesionar. Y todo terminó en una burocracia cara e inoperante (Directores que no sabemos a bien en que pasan las 8 del horas del jornal laboral), pero, que no da resultados más allá de fotos al “feis”. O también sea dicho, Tribunales de Cuentas que no enjuician, fiscales que no investigan, y así.

Se acabaron las líneas de mi espacio en Pulso, bueno el fundamento de esta lamentable conexión está en mi columna del 12-11-21.

De momento sólo me resta desearles excelentes fiestas decembrinas, nos vemos por acá el próximo viernes 7 de enero de 2022.

carloshernandezyabogados@hotmail.com