Creadoras en el desierto (y 2)
Sigamos con letras potosinas femeninas. Pinceladas para avivar la curiosidad, el gusto. Y saber más. Por ejemplo, de Juana Meléndez Granados me dice Ana Neumann que no obtuvo la licenciatura en Letras Españolas por la UASLP. ¿De dónde saqué el dato? Digo, de algún lado lo tomé. Échenme la mano para ampliar o acotar esa y otras biografías.
Y a propósito, va aquí algo de mi querida Ana Neumann: “Se disipa la aurora, pero no es la luz la que alumbra, sino la música, que vuelve a engarzar en el claustro nuestras esencias: la mía, escéptica; la tuya, teatral; ambas en el marasmo de la entrega, en espera de la fusión o el desamparo. Minos se burla, Teseo se envanece, Ariadna ama y traiciona, el Minotauro aguarda. Nuestro universo es intermitente y susceptible”.
De las maestras, es imprescindible la obra de Laura Elena González, poeta, editora y gestora cultural: “Llagas equívocas son los nombres y las puertas / de un corredor vacío / Eslabón de la luz // En trunco muelle la letanía recomienza: / la muerte no se toca / languidecen los muros / la muerte no se busca / es un guante en la alcoba / la muerte no se bebe / ella nos bebe lenta // Sorbos de olvido apuran el encierro / sin remisión / los rezos puntuales desairan la boca”.
Presencia también vital es la maestra y coordinadora de talleres literarios Olimpia Badillo: “El encierro les grita, / las mancha / les deja ruidos color manzana en los ojos / les abre de oriente a poniente las puertas / y otra vez se acercan se buscan se huelen, / se abrigan los pies la cabeza / los brazos el pubis el tiempo / se ungen los sexos se suben se bajan / (se aprietan) / la prisa de siete segundo las hace ligeras / lunares nocturnos en papel de china / pintados de hierba”.
Dice Amari Santibel: “es un logro digno de celebrar. Ver el remedio de nuestra historia y darnos cuenta que hoy estamos mejor que ayer, nos da esperanza para pensar que mañana será aún mejor. […] Sin olvidar que, si bien es algo que no debió ser y es una guerra que nunca debió existir, también tenemos que tomar la responsabilidad de no replicar los errores del pasado, que la víctima no se vuelva verdugo. No es una lucha entre individuos, sino contra las acciones decididas a solo ver una cara de la moneda, de solo ver el veneno y no el remedio”.
La colega Paola Georgina nos comparte sobre Casa de muñecas de Henrik Ibsen: “No tenemos la ‘sagrada’ obligación de ver por nuestros maridos e hijos; ¡nosotras somos importantes también!, y es eso, durante el transcurso de la historia, lo que Nora y el lector aprenden. Cuando la protagonista se da cuenta del valor que tiene como mujer y deja de lado las ideas inculcadas por su padre, su esposo y las de la propia sociedad, toma su abrigo, sombrero y maleta, decidida a descubrir su propia verdad, capacidad e identidad que tiene como mujer. […] Sí, nuestras vidas son complicadas, ¡nosotras lo somos!, pero tomemos abrigos, sombreros y maletas y ¡salgamos!, salgamos a conocer, a arriesgar, a caer y a veces, a ganar. No sólo lo hagamos hoy… ¡hagámoslo todos los días!, porque todos los días somos mujeres”.
Otro poema que quiero compartir es de la cerritense Andrea Saldaña Rivera, de quien en estos días ha salido a la luz y a la venta su libro Poemas 1984-2024: “¿Porque no me enseñaste la costumbre de guardar los rencores / debajo del colchón, en el horno, el fogón o en cualquier mueble? / ‘Ahí se arrugan y se van resecando con el tiempo’, me decías. / A cambio, aprendí a guardar con cariño tus historias y recuerdos. // Especialmente las noches de tormenta, tu cigarro formaba unos / círculos de humo ante nuestro regocijo. En aquel tiempo nuestros / ojos y oídos bebían todos esos refranes que hilvanabas, entonces / con disimulo, alimentabas con creces nuestra imaginación. // Luego de leer a Rulfo, Allende y Mastreta, me pregunté si serían / tus historias. Aunque, con lluvias y sin ellas, nos repetías relatos / y cuentos muy distintos. Lo mismo disfrutamos los de espantos // que aquellos de tiernas aventuras”.
Leamos y apoyemos a nuestras creadoras. Escritoras, coreógrafas, dramaturgas o compositoras, intérpretes y estudiosas del arte, en cada una conoceremos un universo.
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Posdata: este viernes 15 con Antonieta Rendón y otras colegas platicaremos sobre maíz, mujeres y magia en Tortillas Dhipak, el emprendimiento de Pilar Pérez. La cita es en Ignacio Montes de Oca 345, por Tequis. Buena charla y una buena cena.
