Días de feria
Irse de fiesta está bien, pasársela solo de fiesta ya es avaricia.
Parafraseo.
Feria viene del latín feriarum, días de asueto. Si no hay asueto ni ‘feria’ —en San Luis Potosí le decimos ‘feria’ al ‘cambio’ que damos o recibimos al pagar algo, generalmente monedas de pequeña denominación— no es fácil ir a la feria, pero ahí vamos: juegos mecánicos, muestra gastronómica, a bailar o tomar, o al pabellón artesanal. “Aunque sea a ver”, la cosa es integrarnos.
Este viernes se inauguró la Feria Nacional Potosina (Fenapo), como es tradición, en agosto, mes del “santo patrono” de estas tierras. Y en el ánimo que ha prevalecido en la actual administración, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona anunció una feria a lo grande y con entradas, juegos y estacionamiento (y dos días de comida) “totalmente gratis”. Ya la multitud que el viernes fue a ver al grupo tapatío Maná al Teatro del Pueblo, las largas filas para entrar y algunos incidentes en el estacionamiento dan fe de lo que veremos hasta el 28 de agosto.
El Teatro del Pueblo, reubicado donde antes estaba el área de juegos mecánicos, con todo y su “zona con causa” (de pago, y muy buen pago), será escenario de artistas como J Balvin, Bronco, Paquita la del Barrio, Carlos Vives, Kumbia Kings y Residente, por nombrar algunos. O sea que las aglomeraciones no serán menores, y ya veremos cómo funcionan los estacionamientos gratis.
Ochenta años cumple esta feria, que como todas las fiestas se ha ido transformando desde que en 1942 se realizó en el antiguo estadio 20 de Noviembre, en la calle de Nicolás Zapata, casi en el centro de la ciudad.
Dos años habría que descontarle a estos ochenta pues en 2020 y 2021 no se realizó. Más allá del pleonasmo del «totalmente gratis», tan extendido (si se cobra aunque sea poquito ya no es gratis, obvio), hay que ver de dónde sale el dinero que hay que reponer, si ya estaba en el presupuesto (y en cuál) y quiénes los empresarios involucrados en las diversas actividades de esta fiesta.
A mí me tocó de niño y adolescente cuando la Fenapo se realizaba en el terreno ubicado entre coronel Romero y la avenida de los Deportes, hoy Luis Donaldo Colosio. El nombre completo de esta avenida, que más al centro cambia de nombre a Reforma, es Coronel Braulio Romero Camargo, gracias a un militar revolucionario nacido en Tampamolón, quien peleó junto a Pedro Antonio de los Santos y fue presidente municipal de Villa Guerrero, hoy Tamuín. Después ya cerraban la av. Himno Nacional y la Fenapo abarcaba la unidad deportiva Adolfo López Mateos hasta la Diagonal Sur (Salvador Nava).
Hoy en ese espacio hay oficinas de Educación, el mercado San Luis 400 (muy poco habitado desde su inauguración) y la Ciudad Judicial con su enorme estatua de Benito Juárez sentado.
Por quedarme cerca, en esa época primero me llevaban mis padres y luego “agarraba monte” yo solo o con los compas varias veces, si no todos los días, hasta que en 1997 la cambiaron a su actual ubicación, en la avenida Juárez esquina con el Periférico. Incluso mi prepa (la Silva Hérzog) quedaba pegada al área de los gritones. En el pasillo central estaban los centros nocturnos y casinos (El Paraíso, el Rincón Huasteco, el Salón Corona, la Fuente o el Tenampa) y ahí amanecieron muchos cuando (gracias a Dios) no había redes sociales; de un lado (en la hoy Ciudad Judicial) estaban el área ganadera y los juegos, y del otro (actual mercado San Luis 400) los remates de los gritones, el pabellón industrial y artesanal y los sitios de comida de todo tipo. Entre los recuerdos: el olor a chivo y la vendedera de cerveza, pero también una carpa de títeres o cuando llegaron los “burros de medio metro”.
Cuando la movieron del rumbo para agrandarla, ya le pensé más en ir, a menos que sea con alguien o “en bola”. El palenque, donde se presentarán este año artistas como Alejandro Fernández, Mijares y Lucerito —sí, le sigo diciendo así, cosas de “adultos contemporáneos”— lo maneja desde 2015 la empresa llamada Promotora Potosina de Eventos y Espectáculos S.A. de C.V. (Propees), formada dos meses antes de que firmaran el convenio con el Gobierno del Estado, que en ese tiempo era encabezado por Fernando Toranzo.
La fiesta, tiempo de festejo y ocio, es necesaria. La fiesta en tiempos antiguos también era parte de los rituales, no nomás porque sí: recordemos el mitote, el xocotl huetzi (‘cae fruta’) y el huei miccailhuitl (‘gran fiesta de los muertos’). Los festivales de arte, cuya etimología también es festiva, igual, sí, sin que se “coman” la atención (y el presupuesto) del día a día. Si no hay sacralidad en ciertas fiestas como que no se antojan.
Ir a la feria, sí. Nomás que no se nos olvide que todavía hay más de 900 nuevos contagios diarios en el estado, que ya en San Luis Potosí hay casos sospechosos de viruela del mono, que los árboles del camellón de la avenida Himno Nacional siguen en peligro o que la crisis de abastecimiento de agua avanza.
Tampoco hay que perder de vista los juicios que los inmobiliarios han lanzado contra comuneros y defensores de la Sierra de San Miguelito, acusándolos de amenazas, allanamiento de morada y posible asociación delictuosa. Un panorama incierto también en lo ecológico se prevé en Valle Umbroso y Peñasco. Y la inseguridad pues...
La fiesta es para cargar energía. Sea por Dios.
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Posdata 1: para esta semana el escritor y crítico de arte tapatío José Ruiz Mercado me invitó a su programa “Quién es usted”, que se transmite los martes de 5 a 6 pm por https://mlmedios.com/. Los temas: el FIDC-LL, la Fenapo, el Ceart SLP y otros aniversarios. Ya estoy pensando en usar el encabezado más usado en blogs de chismes de espectáculos: “En entrevista, Alexandro Roque confirmó lo que ya todos sospechábamos”.
Posdata 2: ya viene el aniversario 14 del Centro de las Artes de San Luis Potosí. Me honra participar con la presentación de un libro colectivo (electrónico) de los talleres que ahí he coordinado. Una muestra no exhaustiva pero sí representativa de quienes han compartido sus letras en las aulas del Ceart SLP. Y vendrán otras muestras, otros premios. Hagamos changuitos.