El Grito
Participantes, testigos y ausentes estuvimos este 15 de septiembre
A algunos nos parece una distorsión del canto a la independencia.
A otros es una celebración del acceso de una nueva masa crítica en ascenso al poder.
Y a muchos les queda indiferente.
Sin embargo, en esta ocasión los simbolismos se movieron de su lugar y además de hacer el memorial a los “héroes que nos dieron patria y libertad” y las menciones a los padres de la nación que nos abrieron las puertas a la democracia y a la libertad, le tocó no solo la mención, sino la presencia a los representantes de las dictaduras latinoamericanas y a su representante soviético.
Además “el pueblo” en el zócalo grito por otras cosas y ponderó otras que en otros regímenes no habían aparecido. Pero se nos pasó de noche gritar para manifestarnos a favor y en contra de tanto y tanto que ha sucedido de manera más evidente en los últimos cinco años.
Debimos dar un grito de dolor por las personas desaparecidas contra su voluntad.
Gritar por las extorsiones y el pago de derecho de piso.
Por la disminución del presupuesto en salud.
Por la ausencia de autoridades que hagan su trabajo, para el cual fueron elegidos.
Gritar por la falta de justicia en la trata de niños, pederastia en la iglesia y la falta de garantías individuales en un país libre.
Gritar por el miedo de cualquier persona al salir a la calle y no saber si volverán.
Gritar por los excesos en proyectos federales y la ausencia de recursos para las necesidades básicas de la población.
Aullar de dolor por la falta de medicinas, por el terror que infunden los cárteles y por las personas que tienen que migrar por falta de seguridad en sus países de origen.
Este 2023 nos faltó valor para salir y además de gritar en contra de una celebración absurda, usar el presupuesto de estas fiestas en tantas y tantas cosas que se requieren en cada poblado, en cada metrópoli. Pero sobre todo gritar por la libertad que hemos perdido y que nos han quitado en una especie de robo hormiga.
Este país vive ya en un grito de lamento que no tiene nada que ver con la celebración de un 15 de septiembre de un año en el siglo XXI.
