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El voto del PRI

Por Sergio Sarmiento

Octubre 07, 2021 03:00 a.m.

A

“Estos son mis principios, y si no 

les gustan. bueno, tengo otros”. 

Groucho Marx

Entiendo perfectamente por qué el PRI no quiere comprometer de antemano su voto sobre la contrarreforma energética del presidente López Obrador. No tiene nada que ganar. Al contrario, si anuncia su respaldo a la iniciativa quedará demostrada la teoría del PRImor, su alianza con Morena; si adelanta su rechazo, se confirmarán las acusaciones de AMLO sobre el perverso PRIAN. Le conviene más dejar las cosas en la incertidumbre hasta el último momento. Un partido bisagra no define su voto hasta que se vuelve absolutamente necesario. 

Al contrario del PAN o de Morena, el PRI nunca ha tenido una ideología clara. Es un partido creado para ocupar el poder y para mantenerlo. Esto le ha permitido oscilar de la izquierda a la derecha según la ideología de cada presidente: de Lázaro Cárdenas a Miguel Alemán, de Adolfo López Mateos a Gustavo Díaz Ordaz, de Luis Echeverría a Carlos Salinas de Gortari, de José López Portillo a Enrique Peña Nieto. No carece de razón AMLO cuando reta al PRI: “¿Va a seguir con el salinismo como política o va a retomar el camino del presidente Cárdenas, del presidente Adolfo López Mateos, el camino que trazaron estos dos grandes presidentes de México?”.

López Obrador conoce al PRI desde dentro. El joven Andrés Manuel no podía llamarse a engaño cuando se afilió al partido en 1970, después del movimiento estudiantil de 1968, o cuando lo presidió en Tabasco en 1983. De hecho, en 1987 se resistió a romper cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo lo hicieron y buscó todavía la candidatura oficial al gobierno de Tabasco en 1988. Solo cuando se le negó, se lanzó con una alianza de partidos de izquierda. 

Andrés Manuel entiende a la perfección la mentalidad de los viejos priistas. Sabe que los panistas, por ideología, no votarán por restablecer el monopolio de la CFE sobre la electricidad (por eso es tan absurdo acusarlos de haber recibido sobornos para votar por la apertura en 2013). Está consciente, además, de que muchos priistas se oponían de corazón a la apertura en energía; si votaron por ella fue por disciplina y ambición. 

Alejandro Moreno, actual presidente del PRI, fue en su momento un firme defensor de la reforma energética de Peña Nieto. El 19 de diciembre de 2013, en su primer informe de actividades como diputado, declaró: “Con la reforma energética hemos actuado con profunda sensibilidad, pero con la mira puesta en cómo modernizar a la nación”. Sin la reforma, añadió, “quedaríamos anclados en el pasado, en el dogma paralizante que nos atrasa, y nos resta potencial y desarrollo”. En ese entonces afirmó que estaba “convencido del proyecto de cambio que encabeza el Presidente de la República Enrique Peña Nieto”. Ahora que “el rey ha muerto” es fácil exclamar “¡viva el rey!”. Peña Nieto ya no es presidente y el nuevo monarca quiere echar para atrás ese mismo proyecto de cambio. Alito, sin sorpresas, ya no se muestra tan decidido a defenderlo. 

Son claras las razones prácticas por las que el PRI no quiere definir su voto de antemano. El partido está dividido. Muchos priistas nunca estuvieron convencidos de la reforma energética, ni querían enfrentar “el dogma paralizante que nos atrasa” al que se refirió Moreno. El compromiso fue y ha sido siempre con el poder. Para eso se creó el PRI y para eso sigue existiendo. No cuestiono que cualquier tema sea discutido y estudiado, pero al final el PRI votará por lo que le convenga al partido y a sus dirigentes, no por lo que beneficie al país. 

Delincuentes

La institución de la FGR que está citando a declarar como indiciados a científicos y exdirectivos del Conacyt es la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada. Se confirma la persecución política. Quien piensa distinto al régimen es miembro de la delincuencia organizada. 

Twitter: @SergioSarmiento