Elección Judicial (Los olvidados)
Las contiendas para jueces entran en la llamada etapa de veda electoral, sin embargo, ya afloran reflexiones de esta inusitada competencia, ya sea, por el diseño de formato de elección (enormes distritos electorales, demasía de puestos a elegir -hasta 10 boletas en algunos casos diferenciadas por tonalidades del mismo color, propias más bien de fabricaciones de automóviles-).
Desde luego, que una de las lecturas más llamativa la poseen las propias campañas, sea por el contenido de sus propuestas, sea por la forma de divulgación electrónica en redes sociales producidas por creadores digitales, sea por la ausencia de seriedad en los formatos de transmisión pública, o bien, por la carencia de cercanía presencial de los candidatos con los electores, quizá esperanzados(as) de contar con la fortuna de ser incluidos(as) en el acordeón a repartir en la jornada.
Sin embargo, hoy deseo comentar sobre la deuda de inclusión en la jornada electoral, del 1 de junio, con las personas con discapacidad, que resulta evidente no fue de la preocupación de candidatas a juezas candidatos a jueces (paradójico para quienes se autoerigen como las y los grandes defensores de derechos humanos), y que decir de la invisibilización de estos electores para las autoridades electorales
El próximo domingo 1 de junio, México se enfrentará a un momento crucial con la jornada para elegir jueces. Sin embargo, esta elección estará marcada por una preocupante omisión: la falta de inclusión para las personas con discapacidad. Este sector, que representa una porción significativa de la población, ha sido ignorado en propuestas, acceso a información y condiciones físicas para ejercer su derecho al voto.
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La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en su artículo 29, es clara al respecto: los Estados tienen la obligación de garantizar el sufragio activo y pasivo en condiciones de igualdad. Esto implica asegurar que los procedimientos electorales sean accesibles y comprensibles, además de crear entornos inclusivos que permitan a las personas con discapacidad participar en la vida política. No obstante, el contexto actual evidencia un incumplimiento de estas disposiciones.
Una de las barreras más notorias es la accesibilidad física. Muchos locales electorales no cuentan con rampas, elevadores o señalización accesible, lo que dificulta la llegada de personas con movilidad reducida. Además, la falta de transporte público adaptado exacerba esta situación. Mientras que otros países han implementado medidas como transporte gratuito para personas con discapacidad motriz o papeletas en Braille, en México estas acciones son, en el mejor de los casos, esporádicas y mal coordinadas.
La exclusión no se limita al acceso físico. Las redes sociales y las plataformas digitales, herramientas clave en la difusión de información electoral, también han dejado de lado a este grupo. Páginas web de instituciones y partidos políticos carecen de diseños accesibles para lectores de pantalla, y los materiales informativos raramente están disponibles en lenguas de señas o formatos comprensibles.
La Convención también establece el derecho a ser votado, un aspecto que parece ser una utopía en el escenario nacional. Las personas con discapacidad enfrentan barreras estructurales y culturales que limitan su participación como candidatas, desde la falta de ajustes razonables hasta la estigmatización.
La democracia mexicana tiene una deuda histórica con la inclusión. Esta jornada electoral es una oportunidad perdida para dar un paso hacia la equidad. Urge que las autoridades y los partidos políticos se comprometan a garantizar los derechos de todas las personas, empezando por implementar las medidas necesarias para que la participación electoral sea verdaderamente universal.
Si el país aspira a una democracia plena, debe asegurarse de que nadie quede fuera, ni por barreras físicas ni por omisiones digitales. La inclusión no es una concesión; es una obligación y un derecho.
Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.
carloshernandezyabogados@gmail.com




