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Entre la refundación y la refundición

Por Jorge Chessal Palau

Junio 27, 2022 03:00 a.m.

A

Una letra, una vocal, puede hacer una gran diferencia. El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia asigna a “refundar” el sentido de revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos. Igualmente señala que “refundir” es volver a fundir o liquidar los metales, esto es, quitar la solidez y transformar en líquido algo que, por definición y percepción, era fuerte y firme antes de ese proceso.

Al parecer Alejandro Moreno Cárdenas, conocido por todos como “Alito” (así, en diminutivo, chiquitito, pequeñito, poquito), tiene toda la intención de que el Partido revolucionario Institucional se convierta en algo de tal liquidez, tan refundido, que se escurra en la tierra y desaparezca sin dejar rastro.

Porque, hay que ver las ganas que le echa este señor para sepultar lo que queda de ese partido que durante más de setenta años llevó las riendas del país.

En julio de mil novecientos veintiocho el general Álvaro Obregón, recién reelecto Presidente de la República fue asesinado en el restaurante La Bombilla, en la Ciudad de México. A partir de ahí se generó una crisis política que requería alguna buena idea para controlar y paliar sus efectos.

Cuando Victoriano Huerta manda asesinar a Madero y a Pino Suarez, en mil novecientos trece, se genera un movimiento nacional de personajes que se levantan en armas en contra del usurpador, que culmina con la promulgación de la Constitución en mil novecientos diecisiete, en la presidencia de Venustiano Carranza, quien a la postre fue también ejecutado.

Tiempos en verdad convulsos los veintes en nuestro país, ante lo cual Plutarco Elías Calles tiene la idea de conformar un partido que aglutinara a esos liderazgos revolucionarios sobrevivientes y les diera cobijo, a la vez que los sujetara antes de que se convirtieran en un problema para el gobierno central, convirtiéndose en incomodos caudillos en sus territorios. Así nace el Partido Nacional Revolucionario, con la mística derivada de la gesta armada y con Elías Calles como sumo hacedor y líder…hasta que se deshizo de él Lázaro Cárdenas, enviándolo al exilio.

En mil novecientos treinta y ocho esta organización política se refunda y se transforma en el Partido de la Revolución Mexicana, justo cuando empiezan a surgir otras fuerzas, como la Unión Nacional Sinarquista o el Partido Acción Nacional.

Hay que señalar que, dado el origen del PRM (antes PNR) en el movimiento revolucionario y en la visión de Elías Calles para erigirlo como un instrumento de control de sus líderes, la presencia de los militares era la nota distintiva, al grado de que es hasta que Miguel Alemán Valdés llegó a la presidencia de México que tuvimos un gobernante civil. Para ese momento el Partido de la Revolución Mexicana había ya tenido una nueva refundación, convirtiéndose en el Partido Revolucionario Institucional en enero de mil novecientos cuarenta y seis.

Una fundación y dos refundaciones, además de una dinámica ideológica de conveniencia que ha llevado al PRI del socialismo a la centro derecha, de ida y vuelta y sin ningún recato, son los antecedentes de un partido que en el año dos mil perdió por primera vez la presidencia de México, para recuperarla en dos mil doce y nuevamente tirarla al vertedero en dos mil dieciocho.

Si el PRI supo recomponerse en diversos momentos de su ajetreada historia, con el actual dirigente, Alito, se encuentra inmerso en la que tal vez sea la peor crisis que ha tenido que enfrentar: en las elecciones que le han tocado a este personaje, locales y federales, pierde todo lo que está a su alcance. Vamos , que es de incompetencia probada.

Sin embargo, a su mal liderazgo le gana su soberbia, resistiéndose a reconocer que es solo cosa de tiempo que las fuerzas internas del PRI actúen en consecuencia de su desdén a los expresidentes sus nulos resultados y su muy personal forma de ser y actuar, que a través de audios que han circulado en medios de comunicación y redes sociales ha quedado más que pintada, labrada en piedra. 

Si Alito no se va por la buena, lo van a echar a la mala. Sin embargo, tal vez para entonces, ya ese partido esté refundido.

@jchessal