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Es Claudia

Por Miguel Ángel Hernández Calvillo

Agosto 29, 2023 03:00 a.m.

A

No hay plazo que no se cumpla y, por fin, la encuesta para resolver quién abanderará la Coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación se lleva a cabo. El 6 de septiembre se dará a conocer oficialmente el resultado y ni la jugada de la oposición, de nombrar tres días antes a su candidata, evitará que la atención mayoritaria de la población se concentre en el proceso interno morenista. La razón es simple: al día de hoy no se vislumbra que la coalición opositora pueda arañar la posibilidad de ganar la Presidencia de México. Tan es así que el rejuego de intereses de partidos y poderes fácticos, que tratan de nuclearse en torno a esa coalición de oposición, se consume más en el cálculo de lo que puedan avanzar en otros cargos en disputa, juego advertido por otros actores relevantes que, de plano, decidieron pintar su raya, como el caso de Movimiento Ciudadano, en una típica situación de crisis en el manejo de la crisis porque, allí mismo, en ese partido, ya se generó una división interna. En suma, con todo y los normales jaloneos en el proceso morenista, es más que plausible una definición sin mayores sobresaltos.  

Como ya se ha comentado en este espacio, todo apunta a que será Claudia Sheinbaum la ganadora de la encuesta. Parece increíble que, a estas alturas, se siga dudando que la definición será resultado de una consulta popular. Se nos olvida que el mandato popular no es únicamente expresión coyuntural cada cierta época electoral, sino expresión de un cúmulo de experiencias tenidas como positivas o negativas por un sector amplio de la población, lo que aquí hemos ya señalado como precondiciones y precipitantes de actuación de los sujetos sociales y políticos, o como se decía en la vieja escuela: las condiciones objetivas y subjetivas para no dar un paso adelante y dos atrás. En ese orden de ideas, resulta hasta ingenuo pensar que los logros alcanzados por el actual gobierno, en beneficio de los que menos tienen, pero sin dejar de atender a todos los sectores productivos del país, se van a poner en riesgo por una mayoría popular que ha aprendido a ser “alguien”, experimentando lo que puede ser capaz de hacer, esto es, a ser actor de su propio destino… defendiendo lo que garantiza continuidad de reconocimiento a su dignidad y rechazando cualquier riesgo de regresión a un pasado que fue sepultado en 2018, cuando se volvió intolerable padecer más de lo mismo con los mismos de siempre.

Si lo anterior constituye una seña fundamental de la identidad morenista, es lógico suponer que la mayoría de militantes y simpatizantes, así como población abierta, identifican a Claudia como la carta más genuina y comprometida con los principios de la 4T. Pero, como también se ha planteado en este espacio, en sentido histórico, es Claudia quien mejor representa el carácter de izquierda progresista en las luchas sociales de largo aliento, señalando como botón de muestra su participación en el movimiento universitario de la segunda mitad de los ochenta. En tal contexto, las palabras del Presidente AMLO son más que pertinentes cuando pide, a quienes resulten perdedores en la encuesta, que no se desanimen, ya que él tuvo que recorrer un largo trecho de lucha social y política, antes de llegar a 2018. Aprender cómo articular históricamente el pasado, decía Walter Benjamin, implica “apoderarse de un recuerdo tal como éste relumbra en un instante de peligro”… a eso nos referimos cuando hablamos de que el pueblo sabrá otear cada instante de peligro que se pueda presentar en el curso de la sucesión presidencial… y actuar en consecuencia. Así ocurrió en 2018, recordando el memorial de agravios acumulado que impidió mucho tiempo contar con un gobierno distinto a los del pasado; así ocurrirá en 2023-24, cuando se pondere cómo garantizar la continuación de un proceso de transformación institucional que la mayoría social ha reconocido como adecuado.