logo pulso
PSL Logo

Espejo al Sur

Por Yolanda Camacho Zapata

Agosto 22, 2023 03:00 a.m.

A

Bien recuerdo cuando era cosa común que cualquier latinoamericano contara a México entre sus compañeros de problemas y esperanzas compartidas. De este lado, pasaba lo mismo: nos considerábamos latinoamericanos, así sin cuestionamientos ulteriores. Sin embargo, hubo un momento en donde comenzamos a distanciarnos. No se trataba tanto de que los indicadores nos estuvieran dando espacios diferenciales, sino que hubo un componente que poco tenía de racional y mucho de aspiracionista. Alguien nos dijo que éramos el hermano mayor y nos la creímos. Había, creo yo, un dejo de arrogancia por parte de nosotros, los mexicanos, que poco tenía que ver con que objetivamente hablado y con datos en la mano, estuviésemos en medio de una bonanza económica y social que nos hiciera señalar que estábamos más cercanos a Canadá, Estados Unidos o Europa en general, que a Guatemala, Honduras o Nicaragua. Si bien es cierto encontramos factores que nos daban cierta ventaja (pienso, por ejemplo, en infraestructura carretera, organización electoral independiente y ciudadanizada), también es cierto que otros países, como Chile, encontraron la manera de igualar  e incluso aventajar en ciertos aspectos, aquello que, según nosotros, nos ponía a la delantera. 

Este año están sucediendo cambios de gobierno en los países del sur que nos han hecho replantearnos si realmente somos tan diferentes entre nosotros y, teniendo en consideración que el año que entra nosotros andaremos por las mismas, quizá valga la pena quitarnos de esos aires superiores y analizar lo que está pasando al sur. 

Tenemos, por ejemplo, el caso de Ecuador. Fernando Villavicencio, uno de los candidatos presidenciales, se encontraba hace un par de semanas saliendo de un evento proselitista y al subir a la camioneta que lo transportaría a otro compromiso, recibió una ráfaga de balas que acabaron con su vida y la de otra persona. Las escenas y los audios son terriblemente familiares a aquellas que vivimos hace ya décadas en Lomas Taurinas. El candidato asesinado no era uno de los punteros, pero sí era el que de manera más decidida planteaba una agenda anticorrupción y se manifestaba sin filtros contra el crimen organizado. El domingo finalmente se celebraron las elecciones en Ecuador, con un candidato sustituto del caído que no ha logrado pasar a la segunda vuelta, donde Luisa González y Daniel Noboa quedaron al frente de una segunda ronda que se llevará a cabo en octubre. La primera es considerada como hija del Correísmo, perteneciente a una ideología de izquierda muy moderada. El segundo es un joven neófito en política, proveniente de una familia rica, dueños de un imperio bananero. No se esperaba que llegara tan lejos, pero aparentemente conectó con la juventud ecuatoriana, que, en cierta medida, prefiere a alguien no proveniente de una casta política y que tenga dinero desde antes de ser político. ¿Quién gobernará Ecuador? Quien sabe. A estas alturas, ya nadie se aventura a pronosticar nada.

Por otro lado, está el caso de Guatemala, que se acerca mucho a una telenovela. Todo comenzó con un candidato que también se alzó bajo la bandera anticorrupción formando parte de un partido relativamente nuevo en el que nadie ponía atención. Bernardo Arévalo, la cabeza del nuevo partido, Movimiento Semilla, es un hombre con poca experiencia electoral, pero con sólida carrera en el servicio exterior de su país y en otros sectores políticos. Sesentón, hijo del ex presidente Juan José Arévalo, logró contra todo pronóstico colarse a la segunda vuelta electoral luego de quedar en segundo lugar atrás de la ex primera dama Sandra Torres, quien era vista como la candidata oficial. Tras colarse en la segunda vuelta, hubo un intento judicializado por echar para atrás el partido de Arévalo y dejarlo sin suelo firme. Finalmente, la intentona no prosperó y este domingo, por significativo margen, Arévalo ha sido electo presidente.

Finalmente, está el caso de Argentina, país que en no pocas ocasiones ha sido símbolo de resistencia latinoamericana contra el conservadurismo. Ahora, ha escogido lo contrario. También en una inesperada vuelta, el candidato de la ultra derecha, Javier Milei, encabeza las preferencias después de las elecciones primarias con un discurso extravagante (por decirlo de alguna manera) y con ciertas reminiscencias a Donald Trump. Contra todo lo que podría esperarse, muy posiblemente se convierta en presidente del país después de las elecciones en octubre. 

¿Qué le está pasando a América Latina? ¿Qué le están diciendo estos tres países a México, que el año que entra enfrentará procesos similares? Lo cierto es que habrá que mirar al Sur. Algo habremos de entender al vernos en ese espejo.