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Familia y escuela Capítulo 105: El burro

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Abril 06, 2022 03:00 a.m.

“…Ese día, en el jardín de niños donde trabajo, estaba repartiendo los personajes para actuar en la obra de teatro que presentarían frente a toda la comunidad escolar: compañeritos, maestros, autoridades y padres de familia.

En cierto momento de la repartición, llegó el turno de asignar el personaje del burro; a los primeros tres niños a quienes se les asignó, automáticamente respondieron negativamente: yo sí sé, yo no soy burro, dijo el primero; en mi casa así me dice mi abuelo y no me gusta, afirmó el segundo; mi papá y mi mamá me dicen que yo no debo ser burro, que debo estudiar mucho para no quedarme así, replicó el último.

Sin poder definir a quién le tocaría actuar con ese personaje, se terminó la sesión y se quedó para después el resolver quién lo representaría.

Al día siguiente, antes de iniciar las labores, se presentaron dos madres de familia para advertir que, sus hijos, de ninguna manera harían ese papel porque sería una vergüenza.

Una vez que iniciamos, comenté al grupo: entonces ¿quién tomará el papel del burro?

En lo que se miraban desconcertados unos a otros, Raulito, de manera decidida levantó la mano al tiempo que decía: ¡yo quiero ser el burro!

Ante la sorpresa de todos sus compañeros, comenzó a contarles que la tarde anterior había platicado con sus papás acerca de que nadie quería interpretar el papel del burrito, entonces ellos le explicaron que contrario a lo que todo el mundo cree, estos animalitos han sido muy útiles para el hombre, porque siempre le han ayudado en muchas tareas, a cargar y transportar cosas pesadas y en algunas ocasiones cosas importantes.

Raúl continuó y comenzó a cuestionarlos: ¿apoco sus papás no les han contado sobre la historia de Platero el burro blanco? ¿tampoco les han dicho que Sancho Panza iba en su burro, acompañando al quijote?  ¿nunca les contaron que la Virgen María fue llevada por un burrito cuando estaba embarazada? O ¿tampoco se acuerdan que Igor era el burrito que acompañaba a Winnie Pooh? O ¿quién era el más inteligente en la película de Shrek?

¡Yo sí quiero hacer el papel del burro maestra!

El día de la presentación, Raulito llegó vestido de color gris, con una máscara que, con mucho ingenio, su mamá le había creado; al momento que le tocó el turno de actuar, fue tan real y claro el rebuznar con que acompañó sus diálogos y sus movimientos, que causó la sorpresa y el asombro de todos los asistentes, quienes interrumpieron la obra varias veces, por los aplausos que le daban; incluso, al finalizar, muchos papás y compañeritos pedían tomarse una foto con él. ¡fue todo un éxito!”

Vaya experiencia relatada por la educadora, hay tanto que aprender de ello.

Definitivamente, resalta la gran importancia que la familia y la escuela tiene para imponer o quitar etiquetas sociales y culturales, es decir, las diferentes formas de reproducir o clarificar criterios de exclusión social.

Ejemplo claro es el uso del término “burro”, como etiqueta y sinónimo de torpeza, de inteligencia limitada, de ignorancia y poca lógica; incluso, acompañada de palabras superlativas y con mayor grado de agresividad como: “estúpido” o “güey”.

Sin embargo, extendiendo el ejemplo, estamos refiriéndonos a muchos de los conceptos, significados, usos y costumbres que de manera generalizada son compartidos, reproducidos y empleados a diario, conformando una base de discriminación y exclusión social.

Prejuicios tan enraizados en las culturas como la homofobia y la xenofobia, entendida esta última como ese odio, rechazo y repugnancia hacia las ideas, formas de ser y actuar diferentes a las propias, incluyendo religiones, clases sociales, tonos de piel y origen étnico; muy de la mano con actitudes racistas.

Por otro lado, qué agradable, refrescante y a la vez qué esperanzador resulta el que, un niño de 5 años, haya asumido el papel de “maestro de educación integral”, mostrando y practicando valores y actitudes de inclusión, teniendo de alumnos a sus compañeritos, su maestra y a todos los asistentes a la obra de teatro.

Sin duda, estamos ante una “llave maestra”, es decir, ante una de las bases a las que tenemos que acudir para reiniciar el sistema operativo de la sociedad; no debemos subestimar el poder que, educativamente tienen la familia, la escuela y los medios masivos de comunicación.

El poner de inicio el ejemplo de exclusión social con el uso de la palabra “burro”, es escalable hacia feminicidios, desapariciones forzadas, conflictos bélicos, étnicos y religiosos; rechazo a migrantes y personas con distintas características de género y sexuales, así como múltiples ejemplos que se están presentando.

Tenemos que voltear a ver y creer en el origen, en la educación integral desde familias y escuelas, así como los diferentes medios de comunicación.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx