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Familia y escuela Capítulo 109: Microhistorias

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Mayo 04, 2022 03:00 a.m.

Resulta claro y comprensible que los eventos, sucesos y cualquier acontecimiento social que sea de magnitudes mayúsculas, aparte de llamar más la atención, tienen y son tratados con mayor cuidado y relevancia, otorgándoles mayor importancia y recursos para su análisis o la aplicación de soluciones.

Sin embargo, como parte fundante de toda gran estructura, tenemos que éstas se encuentran conformadas por micro partes, que no por el hecho de ser minúsculas y de pasar casi inadvertidas, dejan de tener relevancia.

Es el caso, para las grandes construcciones y vías de tren urbano, puentes y pasos a desnivel, así como vehículos automotores y muchos ejemplos más, de los tornillos y pernos que unen las partes más robustas y sólidas; éstos, a pesar de ser muy pequeños y de casi estar invisibles al ojo humano, tienen una función relevante en todo el armado.

En escenarios sociales, tienen “primera plana” y toda la atención del conglomerado, los grandes acontecimientos: guerras internacionales, eventos pandémicos, eventos de corrupción y violencia nacional; reformas políticas, educativas y de sectores de la producción que afecten al país y otros hechos que a ese nivel sucedan.

Es un hecho que el macro se impone sobre el micro, las grandes cantidades sobre lo individual, lo que provoca que múltiples eventos y esfuerzos titánicos particulares, queden en el olvido o simplemente se ignoren; es así que existe el descubrimiento del gran número de fosas clandestinas y la gran cantidad de cuerpos y osamentas encontradas en ellas, pero queda sin apreciarse el nombre, su esfuerzo emocional, físico y económico de algunas madres en búsqueda de su desaparecido.

Se menciona y se exige desde las altas esferas, la necesidad de cumplir con el 8 % del Producto Interno Bruto dedicado a educación, pero queda en el olvido o simplemente no se da a conocer el presupuesto usado en el gasto corriente del privilegiado aparato burocrático educativo y, sobre todo, confrontado con el sueldo miserable que recibe un docente o las carencias específicas de alguna escuela de zona marginada, rural o indígena.

Se enfatiza el aumento significativo del sueldo mínimo, pero se ignora los enormes esfuerzos que determinada familia hace por obtener el sustento básico diario, al no ser asalariado o con economías de autoconsumo.

Observar los eventos micro sociales y dar cuenta de ello como parte de un gran rompecabezas en donde, si falta alguna de sus piezas es vital para la apreciación de la figura completa o peor aún, si falta alguna pieza desbarata todo lo construido, ya ha estado en la propuesta y práctica de algunos científicos sociales.

Luis González y González es el historiador más representativo en México de lo que se conoce como la Microhistoria, en donde para el análisis y relato de lo macro acontecido, se tiene un acercamiento a los hechos cotidianos, personales, de cada familia, calle o barrio.

Hablar de educación, desde las microhistorias, resulta en un elemento que, además de interesante, se vuelve imprescindible, sobre todo al entender que, en cada caso, el fenómeno educativo reviste su propia especificidad, su propio contexto, su propia historia y por supuesto, su propia manera de enseñar y de aprender.

Al realizar su proceso educativo, cada familia contiene un espacio, contexto, costumbres, ritmos y dinámicas diferentes a otras; las formas de reproducir su cultura, de conducir y aplicar reglas, premios y sanciones, de orientar a sus miembros con valores y elementos religiosos; incluso, su consumo cultural y alimentario, conforma todo ello un importante micro contexto específico.

Cada medio, canal y forma de comunicación social, además de adecuarse al contexto y situación exclusiva de su población objetivo, contiene una manera particular de cómo al transmitir mensajes, educa a su audiencia; bien se podría decir que, al comunicar, van creando su micro historia como parte del conglomerado social y que, desde luego, resulta relevante su aporte.

Cada maestro, cada alumno, cada padre de familia, cada grupo escolar son diferentes; en todos y cada uno de ellos existe una historia particular la cual se va creando de acuerdo con el tiempo y el lugar en el cual se desarrollan, además de las circunstancias que en su contexto se presenten.

Los padres de familia al igual que los maestros, son partícipes y observadores directos de que cada hijo, cada alumno y cada grupo escolar tiene su propia historia y, en consecuencia, es distinto a otro; en cada uno de ellos se van generando conocimientos y experiencias particulares que, en el transcurso del tiempo, van a estructurar la formación de su personalidad.

Resulta entonces que, para la formación de hijos y alumnos, no solo es importante el tomar en consideración la pertenencia e integración a un grupo, sino también, sus historias particulares.

La importancia de los eventos micro queda al descubierto, al evidenciar que cada hormiga, cada abeja y así cada insecto desde lo que le acontece en lo individual, tiene impacto de manera importante para su colonia; por su parte, cada familia y cada uno de sus integrantes son relevantes para el desarrollo óptimo social; cada célula de nuestro cuerpo tiene relevancia para nuestra salud.

Entender que los sucesos micro son fundamentales para el funcionamiento educativo de las estructuras macro, es un elemento a tomar en consideración y reflejarse desde familias, medios de comunicación y escuelas.

Las microhistorias, tarde que temprano, se hacen presentes y juegan de manera decisiva en los procesos de mayor alcance.

¿Cuál es tu microhistoria? ¿Qué tanto influyó en lo que eres ahora?

Comentarios: gibarra@uaslp.mx