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Familia y escuela Capítulo 238: El reciclaje y la reutilización educativa

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Octubre 30, 2024 03:00 a.m.

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Resulta de lo más comprensible el que se consideren conceptos y acciones principales el reciclar y reutilizar los materiales que de modo cotidiano utilizamos para nuestra subsistencia, sobre todo, en tiempos en que el cuidado de los recursos naturales y del medio ambiente se encuentran en la mira y en la agenda de todos los países y de muchas personas preocuadas por su conservación y su uso eficiente.

Como bien sabemos, reutilizar, es volver a utilizar un producto, para el mismo fin que tenía o para uno diferente. Para cuidar el medio ambiente se debe pensar en posibles usos alternativos de un producto antes de desecharlo, para ahorrar recursos y energía, por eso tirar las cosas a la basura debe ser siempre la última opción

En tanto que reciclar implica que los residuos se procesen o sean tratados para convertirlos de nuevo en materia prima. La principal ventaja es la misma que la de reutilizar: el ahorro de recursos. Además, se generan menos desechos contaminantes, y hay un menor costo de producción.

Ambos conceptos vertidos por la Secretaría del Bienestar del gobierno mexicano, nos ilustran acerca de la forma en que todos los productos materiales que utilizamos, antes de convertirlos en basura, puedan ser aprovechados, con los beneficios que todas las acciones que se desprendan de esta forma de vida social, impacta en el medio que nos rodea.

En este caso, si hablamos de reciclar y reutilizar en la educación, se puede interpretar en toda la serie de materiales que para el proceso de enseñanza se llegan a utilizar para el apoyo didáctico que se aplican en los grupos escolares con profesores y alumnos; material que está destinado para desarrollar una acción que pretende facilitar el aprendizaje de ciertos temas o, el empleado en situaciones de mayor tamaño como celebraciones o escenografías para ceremonias y festejos que, a final de cuentas, en la mayoría de las ocasiones pasa a ser basura o desechos no útiles.

Además, también tenemos el ejemplo del reciclaje de hojas y libretas, las cuales solo han sido utilizadas parcialmente y tienen todavía la mitad de vida útil por emplear; también, el caso de los libros de texto, los cuales, al ser bien tratados, pasan a ser utilizados por otros alumnos, extendiendo su uso.

Todo lo anterior representa algunos ejemplos de la presencia de campañas y acciones que pretenden cuidar los recursos naturales a través del uso adecuado y práctico de materiales educativos; sin embargo, en esta ocasión, me refiero a otras dimensiones de la educación que no necesariamente son de carácter físico, sobre todo entendiendo que la educación es un proceso formativo que se efectúa no solo en escuelas, sino en todos les escenarios donde se convive socialmente.

Estoy a favor de recuperar y volver a rescatar mediante su reciclaje y reutilización a las ideas, conocimientos, conductas y costumbres, materias y asignaturas que todavía tienen una gran utilidad, pero que a lo largo del tiempo han sido rebasadas y abandonadas a grado tal que casi como basura, han sido abandonadas y desaparecidas, no solo en escuelas sino también en los hogares y medios de comunicación.

Si bien es cierto que la modernidad y todos sus avances han traído aparejado formas de bienestar que han mejorado ciertos niveles de vida, también lo es que la celeridad y características de las tecnologías han dejado en desuso muchos elementos y objetos y que, además, la violencia y corrupción con la que se vive y subsiste en las sociedades actuales, han llegado a borrar del mapa ciertas formas de convivencia que urge rescatar y restituir su práctica.

Estamos transitando y comunicados virtualmente por todo el planeta y hasta por mundos y universos paralelos, pero la comunicación en muchos hogares atraviesa por estar frente a frente durante una comida y todos sus integrantes, en lugar de brindar el rostro, expresiones y diálogos con el resto de la familia, están irremediablemente atrapados por una pantalla de un televisor, de un aparato celular o hasta de audífonos que impiden escuchar al otro.

Casi tirados al basurero las lecciones y enseñanzas morales y valores civiles de abuelos y padres de familia, suplantados por tutoriales en youtube y experiencias mostradas en las más concurridas redes sociales

En las calles, transportes y todos los lugares de convivencia social, de manera casi general, además de seguir transitando “agarrados por el cuello, forzándonos a caminar y al mismo tiempo estar inclinados hacia un aparato celular”, se manifiesta la desconfianza en los demás; lejos quedó aquel mínimo saludo o palabra cordial: “hola” “buenos días” “gracias”, palabras casi desechadas y tiradas a la basura.

En los propios planteles escolares, urge rescatar el propio respeto que esta institución representaba entre sus principales actores: padres de familia, alumnos y maestros, los que integraban un triángulo que tenía esa seguridad de admiración, trato amable y respetuoso, ahora en muchas ocasiones se ha disuelto y fracturado con desconfianza y echándose la responsabilidad unos contra otros.

Para los adultos y, entendiendo a la educación y formación como ese proceso que se da, no solo en escuelas, sino en todo tiempo y espacio de convivencia social, resulta de lo más importante el reciclar, reutilizar y sacar del “basurero” a esa vieja canción o película, lo mismo que aquel libro de tu educación primaria o el que te hizo soñar despierto y avivó tu mente y tu imaginación; rescatar aquella foto o video VHS que guardaba emociones que sentías en esos tiempos; volver a escuchar y al mismo tiempo reutilizar esas palabras y consejos de tus abuelos, padres o personas que ya no se encuentran en este plano terrenal.

El reciclaje y reutilización educativa, no solo es material y tiene la función de volver a usarlo como medio de reaprender, ahora en nuestro contexto y tiempo, para ser utilizado como la lección más efectiva de que podamos disponer.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx