logo pulso
PSL Logo

Garibaydistas

Por Alexandro Roque

Enero 29, 2023 03:00 a.m.

A

Este 2023 se cumplen cien años del nacimiento, además del de Joaquín Antonio Peñalosa —como ya habíamos apuntado la semana pasada— entre otros, de Ricardo Garibay y de Italo Calvino. Críticos los tres, amantes de lo clásico y armados de un humor de bisturí. Algo sobre el primero ya dijimos aquí y en la Casa Museo Manuel Othón —les invito a ver el video—, y del tercero ya nos ocuparemos en este y otros espacios —ojalá podamos hacer grupos de lectura de sus obras, todas disfrutables— y por ahora los invito a leer al segundo, nacido en Tulancingo el 18 de enero de 1923, contemporáneo prolífico pero opacado por los “estreñidos” Juan José Arreola y Juan Rulfo, ninguneado pero ninguneador.   

Ricardo Garibay murió en 1999, a los 76 años, antes de la “alternancia” y la “transformación”. El hubiera no existe pero podemos imaginar qué diría ante los cambios (colores y enemigos) de un sistema que se transforma y solo cambia sus nombres. En una entrevista (1997) decía que “los políticos son la especie inferior de la condición humana, un asco”, y aclaraba que se refería a quien “llega a un puesto público no para amar a la patria sino para llevarse el dinero”.    

Yo lo veía en Imevisión, solo o en contraste agudo con las sonrisas de Germán Dehesa. No es difícil para alguien como este escribiente identificarse con Garibay: todavía se podía fumar ante la cámara y en el escenario, y sus frases eran cortas, contundentes; más parecía a veces que estaba entrevistando a Dehesa, con quien se hablaba de usted. Aún se pueden ver algunos de estos momentos en YouTube (a propósito, estuve buscando ahí los videos del padre Peñalosa, y no hay nada, ojalá algunos lectores tuvieran y los compartieran, ahí de favorcito).

“Es un hondo placer escribir. El que haya logrado el adjetivo imprescindible, la imagen exacta, la idea claramente expresada me creerá. También me creerá el que haya languidecido tras el poema o el que haya anhelado el mundo de la calle, despreocupado, placentero, mientras maldice su vocación y pelea consigo mismo”, escribió el biógrafo de Rubén “Púas” Olivares y cronista de Acapulco, entre otros temas de sus casi sesenta libros. 

En una entrevista con José Luis Martínez S. para Milenio, dice: “La literatura no es ficción de mundo como creen los profesores, sino el revés de la trama de la vida. Entonces es igual echar mano de un personaje vivo, real —subrayemos la palabra real— que de un personaje ficticio, es lo mismo”.

Sus palabras sobre su carácter también son memorables: 

“Me gusta pelear cuando veo una injusticia evidente, pero ya no lo hago por placer. Son muchas las horas que paso todos los días metido en los libros, en el empeño de escribir, de domar mi lengua, ya no quiero ni tengo tiempo para pelear, se pierden muchas horas. […] Por imprudencia, por falta de humildad, por una arrogancia siempre injustificada, me he ganado a mis adversarios. Ahora bien, los amigos están ahí, los amo, los contemplo, y se me hace inexplicable la amistad que me brindan, la agradezco profundamente”.

En otra parte de esa entrevista, reflexiona:

“Los orientales se duelen mucho de la muerte del viejo, porque es algo que trunca una sabiduría en proceso. Occidente, en cambio, se duele de la muerte del joven, porque desaparece ese junco de esbeltez, esa belleza, esa promesa que es el joven. Pero el hombre, mientras más años vive, menos quiere morir, quizá porque piensa: “Ahora que comienzo a saber, esto tiene que acabarse… ¡Carajo, no es justo!”.

Para allá vamos todos. 

Se habla de pacianos, o rulfianos. Quizá el calificativo para los seguidores de Garibay, que los debe haber, debería haberlos, es garibaydistas más que garibaydianos (ni hablar del sufijo tan de moda “lovers”, garibaylovers, seguro nos la mentaría). Como sea, hagamos legión mediante la lectura y la memoria, siguiendo no a uno sino a muchos y muchas que escribieron y escriben.  

http://alexandroroque.blogspot.com

Correo: debajodelagua@gmail.com

Twitter: @corazontodito 

Posdata: en febrero se cumple un año de la muerte del actor Jorge Nieto, del cronista no oficial “Calek” (Eduardo López Cruz) y de mi padre, el artista plástico Brígido Roque. A ver qué organizamos, ¿no?