In-D: Ticketmaster, preventa de entradas al concierto de las m@m4d@s
Volvió a suceder, una vez más la empresa boletera Ticketmaster mostró su incompetencia para poder manejar el poder que tiene en sus manos. En los últimos meses la empresa se ha visto envuelta en diversos escándalos desde clonación de boletos hasta reventa de entradas a espectáculos por parte del mismo personal de la boletera. Esta vez la situación parece ser mucho más delicada. Recientemente Ticketmaster emitió un comunicado para informar acerca del hackeo a la base de datos de la empresa que almacena la información de sus usuarios.
Esta situación no es menor. Se trata de información privada que va desde el nombre del usuario hasta los números y fechas de expiración de sus tarjetas de débito o crédito. El hecho por sí mismo es muy delicado, pero lo que más llama la atención es la tardanza por parte de la boletera para advertir a los consumidores acerca de lo que estaba sucediendo. El hackeo a la base de datos sucedió entre el 2 de abril y el 18 de mayo del 2024. No fue hasta la segunda semana del mes de julio que Ticketmaster decidió lanzar el comunicado. Más de un mes tuvo que pasar para notificar acerca de la situación de riesgo en la que se encontraban sus clientes. Fueron semanas en que la información bancaria de miles de personas en México, Estados Unidos y Canadá estuvo completamente expuesta.
Hay otro detalle que es importante resaltar. Ticketmaster no reveló el nombre de la empresa externa encargada del almacenamiento de datos. Simplemente informó que esta base de datos había sido vulnerada, sin dar mayor detalle al respecto. Esto, desde mi punto de vista, representa una negligencia mayúscula. Ticketmaster se está lavando las manos ante un problema que pone en riesgo la privacidad y economía de sus usuarios.
Esto pone al consumidor en un callejón sin salida. Es imposible ganar una lucha si no se sabe contra quién se está combatiendo, es imposible seguir las recomendaciones del INAI de levantar una denuncia si no se sabe a ciencia cierta hacia quién tiene que ir dirigida la flecha. El propio INAI comunicó que pretende iniciar una investigación al respecto, pero no da detalles del avance de la misma. Se dice que la multa por la violación de privacidad a los usuarios puede alcanzar hasta los 34 mdp, pero nadie sabe quién pagará dicha multa, pues Ticketmaster dice que el culpable es una empresa externa de la cuál no conocemos ni su nombre.
Ticketmaster ha hecho y deshecho a placer. Ha abusado del monopolio que ha creado junto con empresas como OCESA. De la mano de bancos como Citi Banamex ha controlado la preventa de entradas como le viene en gana. Pero, sobre todo, ha vulnerado la economía de la población que simplemente está buscando entretenimiento.
Ante este escándalo las autoridades recomiendan levantar una denuncia y adjuntar evidencia del fraude, como si hiciera falta más prueba de lo ya evidente. Se recomienda también mantener bajo vigilancia constante los movimientos de sus cuentas bancarias por medio de las aplicaciones de banca electrónica y tomar acción ante cualquier movimiento extraño. Desafortunadamente no hay mucho qué hacer, solamente intentar ganar una lucha contra un monstruo sin rostro de la mano de una autoridad descafeinada e incompetente.
