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Instituciones, democracia y transparencia

Por Jorge Andrés López Espinosa

Enero 11, 2021 03:00 a.m.

Lo ocurrido en los Estados Unidos de Norteamerica, invariablemente nos conduce a una reflexión relacionada con la funcionalidad de las instituciones democráticas. 

En el caso específico fuimos testigos -con un alto grado de incredulidad-, que el Presidente Norteamericano, Titular del Poder Ejecutivo desde el ejercicio del poder primero no reconociera un resultado electoral que le fue adverso y segundo convocara a sus seguidores (más de setenta millones de personas) a rebelarse contra las instituciones democráticas de su nación, lo que a la postre originó el asalto al Capitolio, con un saldo oficial de cuatro personas muertas, que de no haber sucedido ese episodio hoy estarían con vida. 

Sin embargo, el intento auto golpista afortunadamente para nuestro vecino país, no tuvo éxito; y no lo tuvo porque prevaleció la sensatez frente a la locura, la cordura de la clase política incluidos la gran mayoría de los correligionarios del Presidente, tomaron la mejor de las decisiones, optar por hacer prevalecer el Estado Constitucional y Democrático de Derecho. 

Lo acontecido, sin duda nos lleva a pensar si las instituciones mexicanas resistirían algo similar, es decir, si en algun momento desde el poder se convocara a desobedecer el mandato mayoritario de las urnas, algo así como “mandar al diablo las instituciones”, -que en otros tiempos se ha llamado-, pero que evidentemente no es lo mismo hacerlo desde el poder. 

Entonces viene la pregunta: ¿la clase política afín al gobernante daría ese paso a un costado?, ¿acaso habría un Mike Pence mexicano con el carácter y el valor de decir No, Señor, así No, Señor? Por eso me parece que de lo que fuimos testigos en los Estados Unidos fue de un claro ejemplo de lo que sostuvo Plutarco Elías Calles allá cerca del año 1929, “Los hombres perecen, las Instituciones permanecen.”  

En ese sentido, es importante afirmar que las instituciones que emanan de todo Estado Democrático y Constitucional de Derecho, son encarnadas por mujeres y hombres de cuya voluntad política podría depender su buen o mal funcionamiento e incluso su eliminación, es decir, resulta claro que las Instituciones no viven por sí mismas, y quien las hace prevalecer son las personas, con temperamientos y apetitos, lo que nos conduce a la vieja disyuntiva de Platón, ¿gobiernan los hombres o gobiernan las leyes?, así que el postulado platónico se completa diciendo que se gobierna con y desde la leyes, que de ellas emergen instituciones y que si éstas, por ser creaciones humanas tienen falencias y serán siempre mejorables en sus diversas áreas de oportunidad, más no deberían desaparecer, salvo el extraordinario caso en que el propósito para el que fueron creadas haya sido colmado. De modo que, la valía de las instituciones es precisamente su permanencia por encima de cualquier tendencia política humana. Instituciones en movimiento, no petrificadas, instituciones dinámicas, no anacrónicas. 

Finalmente y a propósito de esta reflexión, en tiempos de transformación en que se escucha la voz desde el poder, por pretender desaparecer valiosas instituciones como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), hacerlo, sin duda sería un atentado contra el derecho a la información de las y los mexicanos, un golpe bajo a la democracia que requiere hoy más que nunca de una sociedad informada, pero sobre todo libre de exigir que los gobiernos sean vitrinas, vitrinas de cristal transparente. 

Buen inicio de semana. 

Twitter @Jorge_Andrés78.

 jorgeandres.manoizquierda@gmail.com.