La Fortaleza en la Calzada
Desde su construcción ha sido referente en el paisaje urbano de San Luis Potosí, uno de los atractivos visuales del camino peatonal que, con sus asegunes, va de la hoy explanada Ponciano Arriaga a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Contiguo a la Calzada (así, con mayúscula), el Centro de las Artes también puede ser llamado: la Fortaleza.
En esta época en la que todos somos parte de un panóptico (panauditivo, pansensorial) compuesto de millones de pantallas, es de conmemorar los 15 años del Centro de las Artes (Ceart) de San Luis Potosí. Desde el 27 de agosto de 2008 sus ocho crujías que convergen en la torre del panóptico, junto al área de cárcel de mujeres y otras construidas exprofeso) se han transformado en aulas, galerías, biblioteca y espacios para crear y compartir arte. De significar encierro pasó a ser sinónimo de libertad
Era época panista. Según cuenta la historia oficial, el entonces gobernador potosino Marcelo de los Santos, se opuso a la petición de varios empresarios para convertir la antigua Penitenciaría (desocupada en 1999) en un centro de convenciones y en su lugar propuso habilitarla como centro de las artes, como el creado en la Ciudad de México (Cenart) en 1994 y otros de de la Red Nacional de Centros de las Artes (siete Centros de Formación y Producción Artística y 13 Centros de las Artes). El entonces presidente Felipe Calderón, también panista, propuso nombrarlo Centro de las Artes Centenario, por estar cerca los 100 años de la Revolución Mexicana. No tiene mucho que perdió ese apelativo y ahora es Centro de las Artes de San Luis Potosí, a secas.
La Fortaleza acompaña al imaginario potosino desde antes del siglo XX, cuando los llanos en que fue levantada estaban a las afueras de la ciudad. El decreto para la nueva penitenciaría se dio el 15 de diciembre de 1883. El 5 de febrero de 1884 se colocó la primera piedra; en esa ceremonia dijo el jefe de la 6a Zona Militar, el general Bernardo Reyes: “La penitenciaría como sabemos no es una cárcel, la penitenciaría es el lugar donde los hombres manchados por la culpa regeneran su alma en el recogimiento y el trabajo para volver al seno de la comunión social, renaciendo para ella útiles y buenos. […] el sistema de penitenciarías, el gigante paso dado por la civilización para abolir la pena de muerte [castiga] al criminal sin atentar contra su vida, regenerando su conciencia con lo más santo de la humanidad, con el trabajo que como bendición de Dios lava la culpa”.
Conocida popularmente como el “Hotel Juárez” —pues mucho tiempo la Calzada de Guadalupe se llamó oficialmente avenida Juárez en aras de una nunca lograda laicidad— la Peni cedió su población al próximo municipio 59 y como cetro educativo ha crecido con el teatro Polivalente (donde estaba el psiquiátrico de la prisión), al que se llega por el “patio de los colgados”, y el museo Leonora Carrington, donde se puede apreciar una colección permanente de obra de la artista inglesa avecindada en México. El surrealismo mexicano, ya se ha dicho, era la envidia de Salvador Dalí.
Según enuncia su Misión, el Ceart “es una institución dedicada a la educación, producción y divulgación de las artes. Su propósito principal es fortalecer, ampliar y actualizar el campo educativo a través de modelos integrales, con especial énfasis en las manifestaciones artísticas actuales. Su proyecto académico contempla, como uno de los fines más importantes, la integración de las artes, humanidades y tecnologías, mediante esquemas multi e interdisciplinarios”.
Tengo algunos años de coordinar un taller literario en el Ceart, de publicar algunos materiales y compartir lecturas y me congratulo y conmemoro estos 15 años. He conocido allí mucha gente valiosa, que tiene todo para destacar en lo que le gusta hacer. Como toda institución tiene fallas, sí, pero cuenta con artistas y personal que ponen toda su pasión en las artes, en la gestión de públicos, en la profesionalización y difusión de esto que “no deja” pero constribuye a la preservación y la inovación, no de “la cultura” sino de “las culturas”, que son tantas.
Esta semana, a partir del miércoles, habrá actividades interesantes en nuestro Centro, y conviene estar al pendiente. Obras de teatro, danza, música, y más adelante literarias, nos esperan mientras esperamos el próximo ciclo académico, el del último trimestre del año.
Como dice su lema, “nos vemos en el Ceart”.
Que siga siendo Fortaleza.
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