La nostálgica “pandilla” “Pandilla de bastardos”.

Respuesta ante la confusión de su señal 

de la «V», los soviéticos la interpretaron 

como señal de un segundo frente, no como 

una señal de la «Victoria». 

W. Churchill

¡Ah que tiempos se están viviendo!, tan violentos y tan desesperanzadores. Pero no obstante, persiguiendo penalmente a las pandillas y concibiéndolas como reuniones habituales, ocasionales o transitorias de tres o más personas que no están organizadas para fines delictivos, pero cometen todos algún delito.

Ya no se ajusta a la realidad del momento, no creo que aún existan pandillas como grupos de amigos que se reúnen para divertirse en común, tal vez “Club de Toby´s”, de esos hay muchos, ñoños urgentes de compañía, sonsos tal vez, pero no hampones. Pero también, son “grupo de personas que se asocian con fines delictivos o embaucadores”.

Lo que tenemos al día de hoy, son asociaciones delictuosas perfectamente organizadas, creo que ya no hay pandillas como tal, fueron subsumidas por estructuras delictuosas y la delincuencia organizada. Hoy, son la primera línea de defensa de pequeños y grandes núcleos delincuenciales. 

A finales de los 60´ del siglo pasado, -“se crea la figura “pandillerismo”, que era el concepto común y popular con el que se designaba a esa actividad “antijurídica”, se le da una pena específica y en el contenido de la exposición de motivos en forma amplia y con un gran contenido sociológico y jurídico analiza esa nueva modalidad antijurídica y apunta la urgente necesidad de sancionar las actividades peligrosas que realizan las pandillas. Para proteger debida y eficazmente los interés de la colectividad y la integridad física de las personas, que son víctimas de las agresiones injustificadas de las pandillas”-. 

https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Paginas/DetalleGeneralScroll.aspx?id=1299&Clase=VotosDetalleBL&IdTe=190126

Si bien el tipo penal de asociación delictuosa data desde el año de 1931, el de pandilla se da por decreto en el año de 1968, incorporándose al Código Penal Federal en el Capítulo de Asociaciones Delictuosas y en el Titulo de Delitos contra la Seguridad Pública, como hasta ahora lo conocemos. 

Alesandro Baratta, por esas épocas ya pronosticaba las llamadas “incriminaciones humanísticas”, qué era lo criminalizable por algunos en el poder, donde el bien jurídico a tutelar era bastante sombrío por decir lo menos.

Los jóvenes mexicanos están fatalmente ligados a su entorno, al ambiente narco de la montaña, al clima raterillo de las grandes urbes, al crisol pocho de las fronteras y todo el bagaje económico, social, político y cultural. Son un producto, y su relación histórica con su realidad va a recaer en que formas de convivencia y con que visiones se les ve. Con la mirada del Estado-padre lejano o, el sentido de pertenencia establecido desde temprana edad con “aquellos” (no importa la “Mark” criminal). 

TAPANCO: Las pandillas mexicanas no son las mismas ideadas en el siglo pasado, evolucionaron. Seguir percibiéndolas como jóvenes deschavetados en una esquina, es un enfoque nostálgico que opaca su participación en el concierto delincuencial del país. Un tema a tratar en las mesas de seguridad como asociaciones delictuosas para investigarlas y perseguirlas, como pandillas, se les filtran en el sistema penal. Son inclusive un producto de importación: La Mafia Mexicana, Los Sureños, Nuestra Familia, Barrio 18, Barrio Azteca, Trinitarios, Los Aztecas, Los Mexicles, Artistas asesinos, Mexikanemi, etc., etc… 

Francisco.soni@uaslp.mx

Twitter: @franciscosoni