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La reforma judicial, sombras y ¿luces?

Por Juan Manuel Rosales Moreno

Julio 18, 2024 03:00 a.m.

A

“Resolvamos nuestras diferencias 

en el ancho camino del entendimiento, 

diluyendo así la idea de una decisión tomada”

Norma Lucía Piña

Como por “arte de magia” o por “decreto”, no se elimina, así como así la corrupción… ni aquí, ni en China. En el mejor de los casos, pueden implementarse medidas para reducir el riesgo de que se presente, pero nunca desaparecerá.

Con esta frase, inicié mi colaboración hace un par de semanas.

Lo prometido es deuda. Hoy retomo el tema de la Reforma Judicial en el entendido que no soy experto en este complicado asunto. Me limitaré en aportar ideas en calidad de ciudadano preocupado ante las posibles implicaciones que plantea esta aún propuesta de reforma.

Creo que todos aquellos que lean esta columna, coincidiremos en que la reforma judicial propuesta por AMLO ha generado un amplio debate. Se ha convertido en tema central.

Para mí, y creo que para Usted también, es importante dejar en claro que, a día de hoy, la administración general de justicia no da los resultados que esperamos o deseamos. También es importante determinar de que estamos hablando; es decir, que Poder Judicial estamos evaluando, si es el poder federal o el poder local; y también analizar cuáles son las áreas de oportunidad para tener un mejor sistema de justicia en nuestro país.

A fin de tener más de claridad, comento brevemente que actualmente el Poder Judicial de la Federación (PJF) está compuesto por varios organismos que garantizan la justicia y el cumplimiento de las leyes:

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es el máximo tribunal de México, está formada por once ministros que actúan en pleno o en salas especializadas, su presidente también lidera el Consejo de la Judicatura Federal.

El Consejo de la Judicatura Federal administra, vigila y disciplina al Poder Judicial de la Federación, excepto la SCJN. Además, garantiza el orden constitucional y el equilibrio entre los poderes.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resuelve asuntos relacionados con elecciones y procesos electorales.

Los Tribunales colegiados de circuito y de apelación deciden casos en segunda instancia -un segundo examen y decisión realizado por un órgano distinto al que emitió una primera sentencia-, y aseguran la uniformidad en la interpretación de las leyes.

Los Juzgados de distrito son tribunales de primera instancia -primeros en revisar disputas legales y emitir decisiones-, al resolver conflictos en áreas como civil, penal, laboral y administrativa.

En resumen, el Poder Judicial se encarga de impartir justicia y aplicar las leyes en México.

El Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) evaluó la iniciativa de reforma al PJF, destacando fortalezas y debilidades. En otras palabras, su análisis arrojó luces y sombras.

Este documento afirma que una de las principales fortalezas es que puede promover una mayor transparencia, puesto que la reforma busca fortalecer la rendición de cuentas y la transparencia en el sistema judicial; así como una mayor eficiencia, ya que pretende agilizar los procesos judiciales para que las personas obtengan respuestas más rápidas.

Esta reforma es un esfuerzo de actualización funcional y estructural del Poder Judicial, que busca generar un cambio en favor de la sociedad mexicana.

Aspira a fortalecer la carrera judicial, la paridad en juzgadoras y juzgadores, la lucha contra la corrupción y el nepotismo, y la refundación de la escuela judicial; también busca ampliar los servicios de defensoría y unificar los esfuerzos de capacitación, así como fortalecer la Corte como máximo intérprete y defensor de la Constitución.

El lado negativo es que ha sido criticada por no haber incluido suficientemente la participación ciudadana y la opinión de expertos en el proceso de diseño e implementación. Los foros realizados para este cometido, han sido una mera simulación, según muchos de sus críticos.

La reforma podría afectar la protección de los derechos humanos, especialmente de los grupos más vulnerables, si no se garantiza la independencia judicial y la transparencia en la selección de candidatos.

Y como gran punto controversial es la elección directa de jueces, generando un gran debate en este tema. La propuesta se basa en la experiencia de Bolivia, donde existe una elección directa de juzgadores. Sin embargo, los datos indican que este ensayo, a casi 2 años de su aprobación, no ha sido exitoso ya que no se ha podido implementar, lo que plantea dudas sobre su aplicabilidad en México.

Quienes están a favor dicen que la elección directa de jueces podría involucrar más a la sociedad en la selección de funcionarios judiciales. En contrapartida, algunos expertos argumentan que podría politizar el proceso y afectar la independencia judicial.

La designación de jueces y ministros es un aspecto crucial en cualquier sistema judicial, y es importante tomar en cuenta la experiencia e idoneidad de los candidatos.

Si estamos hablando de una “austeridad republicana”, el impacto al presupuesto público sería elevado. Organizar elecciones exclusivamente para nombrar jueces requeriría recursos públicos considerables. Algunas voces dicen que sería mejor destinarlo a robustecer la infraestructura existente y profundizar en la profesionalización de los juzgadores.

Otro punto controversial son las atribuciones del Tribunal de Disciplina Judicial. Se ha señalado que algunas de ellas podrían rebasar los límites legales y afectar los derechos de los funcionarios judiciales.

Esta reforma, al ser de gran calado debe ser analizada con rigor.

Considerando la complejidad del sistema judicial y el efecto que tendrá en la sociedad mexicana, es conveniente escuchar la opinión de expertos y promover la participación ciudadana –sin simulaciones- en el proceso de su diseño e implementación.

En resumen, la reforma judicial es un tema complicado que involucra consideraciones legales, administrativas, políticas y presupuestales. Dado que impactará en muchos aspectos de nuestra vida, recomiendo encarecidamente involucrarnos, seguir el debate y analizar cuidadosamente sus implicaciones.

Hoy tenemos más sombras que luces, pero la decisión aún no está tomada.

jmanuelrm@msn.com