logo pulso
PSL Logo

La reforma judicial y el TRI

Por Juan Manuel Rosales Moreno

Julio 04, 2024 03:00 a.m.

A

“Cuando hay reformas y ajustes, también hay huelgas, manifestaciones y rebeliones”. 

Nouriel Roubini

Como por “arte de magia” o por “decreto”, no se elimina, así como así la corrupción… ni aquí, ni en China. En el mejor de los casos, pueden implementarse medidas para reducir el riesgo de que se presente, pero nunca desaparecerá.

Hago esta afirmación, porque como “mantra” se repite, un día sí, y otro también, que la Reforma Judicial propuesta por el aún Titular del Ejecutivo “eliminará la corrupción existente en ese poder”.

Si este repetitivo dogma fuese cierto, tendríamos que reformar… corrijo, tendríamos que reinventar este país ¿Por qué lo afirmo categóricamente? Porque las personas somos corruptas y mentirosas por naturaleza ya sea por instinto de supervivencia, por una competencia mal entendida, por el arte de mentir… o por costumbre.

Es importante reconocer de una vez por todas esta cruda verdad: en nuestro país, aunque duela, la corrupción se practica como un “deporte nacional”. Si fuese una disciplina olímpica, seríamos campeonísimos con medalla de oro. Está tan “normalizada” tanto en el ámbito privado y familiar, como en el empresarial y público, que ya ni nos damos cuenta cuando ponemos en práctica algún acto de corrupción, o “nos la aplican”.

Con el tema de las 20 reformas propuestas desde el Ejecutivo el pasado 05 de febrero, se ha dado prioridad tanto mediática, como política y estructural, a la Reforma del Poder Judicial. Sobre este delicado asunto tanto promotores como detractores están diciendo tantas verdades a medias, que se convierten en mentiras completas. Eso es corrupción, porque se desvirtúa y corrompe el sentido original del tema objeto del debate.

Cada vez que escucho hablar del tema, ya sea en la radio, prensa, o lo veo por TV o redes sociales, imagino a un par de señoras que discuten al salir del mercado porque el “marchante” les vendió lo que quiso, como quiso, al precio que quiso, y les cambió la lista inicial de su mandado después, claro, de una muy buena “embaucada”.

Me explico. En estos precisos momentos, nadie… ni yo incluido, nos hemos puesto a revisar, ya no digamos a profundidad, o con el rigor que requeriría una situación de este tipo, aunque sea “por encimita”, de que va esta ya “famosa” Reforma Judicial. Nos estamos “comiendo”, literal, lo que nos venden sin reflexionar mínimamente de que va el asunto.

Está como evidencia clarísima la “encuesta” a modo aplicada hace algunos días, donde se pregunta al “Pueblo sabio y bueno” si aprueba la Reforma Judicial y que nosotros los ciudadanos elijamos a los Ministros de la Corte.

Una abrumadora mayoría respondió que SI. La otra pregunta, como debe ser, cuestiona sobre si conocemos, o sabemos de qué se trata esta reforma. Una abrumadora mayoría… responde que NO. Concluyo que repetimos como “pericos” lo que nos dicen, sin entender.

AMLO dice que, transcribo textual: “El Poder Judicial está tomado, está secuestrado, está al servicio de una minoría rapaz, está al servicio de la delincuencia llamada organizada y de la delincuencia de cuello blanco, entonces sólo con la participación de la gente, con la democracia, con el método democrático, eligiendo jueces, que el pueblo elija abogados íntegros, incorruptibles, con vocación de justicia, sólo así vamos a poder avanzar y esto no es un asunto que se va a lograr fácilmente en el corto plazo, va a llevar tiempo, pero hay que empezar”. Esa es la Reforma Judicial para él.

El propio Poder Judicial sacó del “cajón de los recuerdos” su propia reforma y dice que su objetivo es, transcribo textual: “La concreción de un Poder Judicial Federal más eficiente, más eficaz, más cercano a las personas y más profesional, que va a generar necesariamente una mejor justicia para el país”.

¿Qué cambia en ambas propuestas?

El propio Poder Judicial dice de su reforma que, “a través del diálogo institucional y del reconocimiento honesto de los aspectos que, en ejercicio de su autonomía, el Poder Judicial debía combatir, mejorar, reforzar o evolucionar en este proceso de renovación, se tiene como fin último la generación de un verdadero cambio en favor de la sociedad mexicana”.

La modificación de esta reforma tiene los siguientes 6 puntos clave:

1.- Combate a la corrupción y al nepotismo.

2.- Renovación estructural para la generación de una justicia más ágil y expedita.

3.- Fortalecimiento de las atribuciones de la SCJN como auténtico Tribunal Constitucional.

4.- Verdadera defensoría del pueblo, cercana a la gente.

5.- Igualdad de género y paridad.

6.- Carrera judicial.

En contraparte, la reforma propuesta por AMLO tiene como pilares: Menos integrantes en la Suprema Corte, sustitución del Consejo de la Judicatura y nuevas reglas procesales.

Lo único que me queda claro es que vivimos una gran simulación en el ejercicio de la justicia en nuestro país, tanto antes, como ahora… y lo que se pretende reformar para el futuro.

Dejaremos esta disertación para mi próximo artículo.

Para cerrar, podrá preguntarse ¿A qué viene el título del artículo y qué relación existe entre la reforma al Poder Judicial y la Selección Nacional, mejor conocida como el TRI (aunque este mote ya tiene derechos de autor)?

Desde mi punto de vista, porque comparten lo dicho tres párrafos atrás: una gran simulación y la promesa eterna de que “ahora sí, este será nuestro momento y nos irá mejor”, pero ese momento nunca llega. Nos mienten como siempre… y nos la creemos… como siempre.

El resultado: La Selección nos decepcionó como viene siendo habitual con mayor frecuencia, y salió eliminada en la fase de grupos. Quedan 2 años para el Mundial, del cual nuestro México será uno de los 3 anfitriones. Ya veremos en qué estado llegamos a esta cita.

Mientras tanto, a seguir presenciando tanto la decadencia de la hoy oposición, en gran parte causada por su propia soberbia y errores no reconocidos cometidos los últimos lustros por sus dirigencias, como del sistema de partidos de nuestro país (si alguna vez existió como tal) por un lado y, por el otro, la construcción a una velocidad sorprendente del nuevo partido hegemónico al que ya se le puede denominar “el Nuevo Viejo PRI”, pero ahora en la caracterización de MORENA.

Ha muerto el Rey… ¡Viva el Rey!

jmanuelrm@msn.com