Los Candidatos y su ayudantía
“Cría cuervos
y tendrás muchos”.
Ramón Díaz Durón
-El filósofo de Güemez-.
Mi primera experiencia en campañas políticas fue en el año de 1988 con el entonces candidato del PRI Carlos Salinas. Fui comisionado por el gobierno federal a cubrir la avanzada del candidato desde el sur del Estado de Guerrero hasta Oaxaca. No obstante que ya había tenido trato con elementos del Estado Mayor Presidencial y con algunas ayudantías de Gobernadores a los que se les había otorgado seguridad en sus trayectos, nada me preparaba para una campaña presidencial.
Es en Oaxaca que sucedió un hecho bastante vergonzoso de quienes formaban la comitiva del candidato y de su equipo de ayudantes.
Gobernaba Oaxaca Heladio Ramírez López, en una visita a una de las tantas comunidades en la sierra, donde se trabaja con el “tequio”, (Que es una forma de contribución y aporte de trabajo colectivo en favor de la comunidad y que tiene un alto significado moral para todos los indígenas de Oaxaca). Se le ocurre al Gobernador invitar y casi obligar al candidato a quedarse a cenar y a dormir en la comunidad, se modifica la bitácora de logística, caos total. La agenda de traslado marcaba salida del candidato a las 18:00 hrs., y arribo a Pinotepa Nacional a las 19:30 hrs., para el vuelo en helicóptero a la capital de Oaxaca.
Es ahí, en la sierra cuando empiezan a surgir las personalidades tipo “mamey” (mamones). Me explico, las campañas políticas atraen y los candidatos lo saben, el arribo de sujetos “raros”, que se incorporan a sus equipos de trabajo en tal o cual actividad a desarrollar durante el tiempo que dure la campaña. Pero más tardan en conocer las casas de campaña que ya se sienten bordados en oro, les da lo que yo llamo, “complejo inverso de personalidad del político”. Esto es, que se sienten, miran, hablan y se comportan como si fueran los candidatos Presidenciales, a Gubernaturas o Alcaldías.
Son los que imitan gestos y posturas de sus candidatos y sino las inventan. Tienen la mamífera facilidad de convertirse en malas copias de sus candidatos, por su escasa autoestima y graves complejos de personalidad inferior.
Tratan arrogantemente a la gente y entorpecen las labores sinceras, quiero creer, de los candidatos a un puesto de elección popular. Esto debería servir de parámetro a los candidatos para saber y conocer el tipo de gente que los rodea, si son así de mameyes sin haber llegado, imagine Usted estimado lector una vez que lleguen al poder.
¿Pero qué ocurrió en la sierra de Oaxaca a todo esto? Pues, que toda la comitiva del candidato presidencial empezó con prepotencias y abusos en contra de los lugareños, buscando un lugar donde cenar y pernoctar, algunos fueron sacados amablemente de sus chozas por orden cuasi presidencial. Acabaron con sus alimentos, dejaron un cochinero y no dudo que haya habido hasta robos de gallinas. A su servidor, un coronel lo quiso sacar del vehículo y quedarse con su sleeping-bag, lógicamente lo mande a la chingada.
TAPANCO: Sin duda, un equipo de profesionales anti-mamey en una campaña política es sinónimo de éxito, pero deben ser supervisados en sus conductas los “raros”, o sea los mamones, que lejos de abonar, las más de las veces dejan entrever el tipo de gobierno prepotente y mamífero que tendrán una vez que lleguen al poder.
Francisco.soni@uaslp.mx
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