Maíz transgénico, glifosato y ecología
Un tema recurrente de nuestros políticos en los últimos sexenios es la siembra de maíz transgénico y uso de pesticidas y herbicidas como el GLIFOSATO.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro, diseñado para la eliminación química de hierbas y arbustos que compiten por el agua y nutrientes del suelo con las cosechas comerciales que producen nuestros alimentos en todo el mundo. Es muy utilizado, ya que se aplica directamente en los campos de cultivo, principalmente de maíz, trigo, cebada, avena, frijoles, lentejas, caña de azúcar, cítricos, etc. En los últimos 20 años se incrementó fuertemente su uso, a pesar de que se nos vendió la idea por parte de MONSANTO y demás compañías, de que con el uso de TRANSGÉNICOS se disminuiría el uso de herbicidas, pero esto no sucedió, sino que su uso se incrementó en los últimos 20 años en más del 200%.
Empresas como MONSANTO lo venden como un herbicida biodegradable y ecológicamente amigable, pero la realidad es que se ha comprobado que produce o fomenta Alzheimer, autismo, defectos de nacimiento, cáncer, etc. en todos nosotros al consumirlo indirectamente en nuestros alimentos.
El glifosato es base para más de 750 fórmulas que se comercializan como herbicidas en todo el mundo, de ahí su importancia en la producción mundial de alimentos.
Debido a lo anterior y por medio de un despacho de abogados con base en Nueva York se emprendió una demanda contra la empresa BAYER, quien compró MONSANTO en junio de 2018 en la cantidad de 63,000 millones de dólares, lo cual le generó a BAYER un aumento de 5.6% del valor de sus acciones; sin embargo, el despacho mencionado representando a 125,000 personas ganó el juicio y la empresa BAYER está pagando cerca de 11,000 millones de dólares por daños físicos por el consumo de alimentos con rastros de glifosato repartidos entre cada una de las 125,000 personas mencionadas.
En nuestro país se está emitiendo una prohibición de la importación de glifosato a partir de 2024, como se está haciendo en varios países de Europa, entre ellos Alemania, donde están las oficinas principales de BAYER, que en 2023 eliminó totalmente el uso del mismo GLIFOSATO en todo el país.
Se calcula que a nivel mundial se utiliza en la producción de entre el 35% y el 45% de las cosechas de alimentos. Entre los años 1974 y 2014 se produjeron 8,600,000 de toneladas de glifosato en todo el mundo, por lo que los defensores del mismo alegan que se reduciría la producción agrícola mundial en un 30% si se deja de utilizarlo, que provocaría hambrunas y encarecimiento de los productos agrícolas, lo cual tiene lógica, mas ante los estudios de la polución y daños a la salud que se ocasionan, se debe buscar urgentemente un sustituto del mismo, cosa que no interesa para nada a los GOBIERNOS CORPORATIVOS del mundo.
En México, la empresa Monsanto introdujo su uso a partir de 1974 y se comercializa bajo el nombre ROUNDUP y existen estudios de CONACYT que correlacionan el aumento en el uso de dicho herbicida con el incremento de enfermedades oncológicas, endócrinas, etc. Se han detectado rastros de glifosato en muchos productos con base en el maíz, como tortillas, harinas, totopos, etc. A lo anterior se agrega la incertidumbre sobre los tiempos de degradación de las moléculas del herbicida, ya que se dice que se degrada entre 50 y 300 días, que es un rango muy alto de indefinición que hay que estudiar aún.
Una manera de evitar la ingesta del mismo es comprar en los mercados locales en vez de en tiendas de autoservicio y menos en transnacionales, ya que en los mercados es más posible que los alimentos sean cosechados con menos utilización de herbicidas, aunque no es garantía total ya que su uso está muy extendido. Debemos darnos cuenta de que cualquier vegetal entre más procesado, empaquetado y transportado es más probable que tenga exceso de herbicidas, pesticidas y conservadores en su proceso de producción y comercialización.
Lo expuesto anteriormente nos lleva a la ESPECIE HUMANA HOMO SAPIENS a un callejón sin salida hoy. Lo seguimos usando indiscriminadamente o lo dejamos de usar y en automático generamos menos cosechas, hambre y un gran problema social.
Así de torcido es nuestro problema, una POBLACIÓN DE MÁS DE 8,200 MILLONES DE HABITANTES, UN CONSUMISMO DESMEDIDO, UNA CONTAMINACIÓN DE PLÁSTICOS GALOPANTE y un gran etc.
Hagamos cada uno este 2025 diariamente una pequeña diferencia en nuestros hábitos de vida, como disminuir una servilleta de papel diaria, una hoja de papel, el uso de un desechable, menos uso de coche, recicla la ropa que no usas, etc.
Si no hacemos algo para remediar esta situación y pronto, las leyes universales de equilibrio lo harán por nosotros, con las consecuencias que debemos de pagar como especie. Por último, recordemos que “SIN MAÍZ NO HAY PAÍS”.