Mirador

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Los tiempos son difíciles en nuestro tiempo.

No me refiero al clima.

Hablo de los tiempos que hoy por hoy afronta México. En todas partes a donde voy -y voy a muchas partes- advierto sentimientos de inquietud, desasosiego, y aun temor ante el rumbo que ha tomado el país. Motivo de intranquilidad es el talante autoritario de López Obrador, sus medidas económicas, su actitud omisa ante la creciente inseguridad. Al mismo tiempo preocupa a muchos ciudadanos la falta de frenos y contrapesos que limiten el poder presidencial, y la forma en que AMLO se ha ido apoderando de las instituciones que podrían servir de valladar al ejercicio de una voluntad omnímoda.

Esperemos que no se cumplan los augurios pesimistas de quienes profetizan males grandes para la República. Confiemos en que el Presidente escuchará los reclamos de quienes con buena fe y amor a México le señalan fallas de acción y de omisión. 

Quienes así actúan no son sus adversarios. 

Más daño hace el que adula que el que critica con rectitud 

y honestidad.

¡Hasta mañana!...