Mirador

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Malbéne, que suele describirse a sí mismo como “un teólogo que huye de la teología”, publicó en la revista Iter un artículo del cual transcribo el párrafo final:

“. A Dios no se le puede sobornar con rezos huecos ni ceremonias vacuas. Venimos a este mundo a continuar la obra divina, que es de amor y bien. Sólo las obras buenas salvan; sólo el amor redime. El óbolo de la viuda cuenta más a los ojos del Señor que toda la palabrería de los fariseos. La obra buena hecha en favor del prójimo es una bella oración. Aun dicha sin palabras nuestro Padre la escucha y la recoge. Hagamos el bien. Que nuestro amor al prójimo se manifieste en actos de bondad. Y oremos. También eso ayuda”.

Las opiniones de Malbéne podrán ser discutibles, pero son siempre interesantes.

¡Hasta mañana!...