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Moda y ambiente

Por Jorge Chessal Palau

Enero 08, 2024 03:00 a.m.

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La industria de la moda es considerada una de las de mayor dinamismo y capacidad para reflejar las tendencias culturales. Su crecimiento ha sido exponencial en las últimas décadas, no exento de ciertas vicisitudes, particularmente en relación con el medio ambiente. 

Uno de sus problemas más apremiantes es la contaminación ambiental generada por la industria textil, que abarca desde la producción de materias primas hasta el desecho de productos terminados. 

La producción de prendas de vestir en general implica el uso intensivo de recursos naturales y productos químicos, lo que contribuye significativamente a la contaminación del agua, el suelo y el aire. Desde la explotación de recursos como el algodón o la lana hasta la utilización de tintes y productos químicos en los procesos de fabricación, la huella ambiental de la moda es innegable. Los desafíos medioambientales asociados con esta industria requieren una respuesta legal integral que aborde tanto la fase de producción como la disposición final de los productos.

Desde una perspectiva normativa, la contaminación ambiental puede ser abordada a través de una serie de instrumentos legales, entre ellos, disposiciones ambientales, administrativas e incluso leyes penales. La responsabilidad puede recaer tanto en las empresas de moda como en los individuos involucrados en prácticas perjudiciales para el medio ambiente. Es un claro deber de los legisladores el establecer claramente las obligaciones de las empresas para garantizar prácticas sostenibles y sancionar adecuadamente las violaciones al marco jurídico.

En el pasado la moda se basaba en durabilidad y calidad, en tanto que en los nuevos tiempos la moda desechable ha sido la nota distintiva, con diseños atractivos a un mercado de bajo costo y abatiendo los problemas logísticos de las empresas tradicionales, recurriendo a manufactura en territorios de baja imposición y normas laborales flexibles, además de recurrir a materiales de poca duración que, finalmente, lleva a una alta volatilidad de inventarios y la renovación de existencias con mucha rapidez.

Un aspecto crucial en este contexto es la transparencia en la cadena de suministro. La ocultación de prácticas contaminantes o explotadoras debería considerarse una conducta ilegal y sujeta a sanciones. La falta de revelación transparente sobre las prácticas ambientales y sociales puede ser interpretada como un engaño al consumidor, lo que justifica medidas punitivas en los diferentes ámbitos.

Otro aspecto importante es la gestión adecuada de los desechos. La producción masiva de artículos de moda conlleva una rápida obsolescencia y un aumento en los residuos textiles; las empresas deben ser legalmente responsables de implementar prácticas de gestión de estos que minimicen el impacto ambiental y fomenten la reutilización y el reciclaje. 

La contaminación en la industria de la moda es un problema apremiante que exige una respuesta legal efectiva. La determinación de responsabilidades administrativas o penales a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción hasta la disposición final, es esencial para garantizar prácticas sostenibles y proteger nuestro medio ambiente. La regulación debe ser clara, las sanciones deben ser proporcionales y la transparencia en la cadena de suministro debe ser una obligación legal. Solo a través de medidas rigurosas podremos abordar eficazmente la contaminación en la industria de la moda y fomentar un cambio hacia prácticas más sostenibles.

Así como este, hay otros temas que, a la sombra de los enfrentamientos preelectorales, de un gobierno deficiente y alejado completamente de la realidad y de una sociedad dividida y polarizada desde palacio nacional, quedan en el olvido de las autoridades encargadas de la supervisión y vigilancia, así como del Poder encargado de generar las normas necesarias, el legislativo.

Mientras los políticos matan activamente a México, la pasividad ciudadana lo deja morir.

@jchessal