Modernidad Líquida
Hace unos días recordaba una de mis clases de sociología y al autor polaco Zygmunt Bauman, quien acuñó el término de modernidad líquida, que analiza la complejidad de las actuales sociedades globalizadas y la actitud y comportamiento de los seres humanos en estas.
Bauman refiere que el ser humano se aleja de aquello con lo que se mantenía unido, la sociedad. Se separa y no encuentra un piso firme para ser y relacionarse con los demás. Es decir, de una sociedad sólida pasa a una sociedad líquida y maleable, donde la identidad del ser humano vive este proceso con vulnerabilidad.
Muestra clara de esto es que las instituciones sólidas que permanecían inalterables durante mucho tiempo, se fragmentan, se fusionan, cambian o desaparecen como las conocemos. Abriendo paso a una realidad caracterizada por carencias, un ritmo cambiante, y dinámico, con tendencia al individualismo de las personas.
Retomo a Bauman porque ahora frente al escenario de la pandemia, con la incertidumbre que hemos vivido, de si podemos salir de casa o no, y ante el uso intensivo de las redes sociales, las relaciones personales pareciera que han disminuido su valor.
Esto no solo se refleja en el mundo laboral, sino en los procesos educativos y hasta en el amor. Cada vez conocemos mas amigos(as) que comentan el uso de redes sociales para tener una relación amorosa. Y no como antes se hacía conectando personalmente en reuniones.
Otro aspecto, es que ahora es mayor la cantidad de jóvenes que son ciudadanos de mundo, es decir rompen las barreras de su realidad al ser testigos de las realidades distintas en otros países a través de los viajes que realizan teniendo nuevas experiencias de vida en otros lugares o a través de las redes sociales.
Las ocupaciones que tenemos, tienen una realidad diferente, ahora muchas empresas contratan a jóvenes en modalidad de home office, siendo que antes no podíamos imaginar esto. Y sobre todo en las áreas de enseñanza, las plataformas para la formación y educación han tenido que perfeccionarse para ofrecer el intercambio e interacción en procesos de enseñanza – aprendizaje, sin tener que estar en un salón de clase de manera presencial.
Esto implica que los gobiernos de nuestras ciudades y las instituciones con las que nos tenemos que relacionar, incluidos cada uno de nosotros tenemos que plantearnos nuevas formas de pensar en cómo acceder a trámites y servicios, pero no solo eso, sino un mayor uso o un uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación para realizarlos.
Así como una mayor capacidad de adaptación a los contextos que se presentan, con el propósito de alcanza un bienestar familiar e individual, así como rodearnos de entornos colaborativos en las organizaciones donde nos desempeñamos en nuestra vida cotidiana.
@Marbygm
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