No robar, no mentir y no traicionar, ¿cumplió AMLO?
“Por el bien de todos,
primero los pobres”
Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
(Primera parte)
Tuvimos un Estado ineficiente por décadas para atender los temas sociales, situación que acrecentó el rezago anacrónico e histórico para un gran sector de la población en rubros de bienestar tan esenciales como empleo, salud o educación. Se disimularon estas carencias con dádivas o prebendas traducidas en programas asistencialistas de tipo clientelar.
“Por el bien de todos, primero los pobres” fue un eslogan que tuvo como origen un postulado priista, que sirvió a la postre para encumbrar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la Presidencia de México hace seis años, después de sus dos intentos fallidos en 2006 y 2012.
Frase inventada por uno de sus mentores, amigo de toda la vida y colaborador cercano de su archirrival político: Carlos Salinas de Gortari a quien AMLO bautizó como el jefe de “la mafia del poder”; se constituyó en uno de sus lemas de campaña y, posteriormente, en compromiso de gobierno al anteponer el bienestar de los más necesitados.
Este lema se atribuye a Enrique González Pedrero (1930-2021), prominente político, investigador, escritor, afiliado y dirigente del PRI, miembro del ala socialista de ese partido; posteriormente se integró al PRD, donde trabajó como asesor en la primera campaña presidencial de AMLO en 2006. Los dos son de Tabasco.
AMLO se apropió de esta frase, la cual González Pedrero acuñó en la década de los 80´s cuando inició un programa de redistribución de ingresos, sobre la base del reconocimiento explícito de las necesidades del pueblo más pobre.
Este antecedente sirve para entender la narrativa de reivindicación que fue construyendo AMLO en más de dos décadas, repetida todos los días en diferentes variedades y versiones desde 2018 en sus conferencias matutinas, y que hoy algunos sectores interpretan como la polarización del “pueblo vs las élites”.
La mayoría subestimamos el poder de la historia detrás de esta frase que se constituyó en la columna vertebral para implementar una política social que si mejoró la vida de millones de mexicanos en términos del ingreso vía el salario mínimo y/o los distintos programas sociales.
Para ese gran sector de la población las discusiones “teóricas” sobre corrupción, tráfico de influencias, las reformas constitucionales que usted quiera, desaparición o creación de instituciones, estado de derecho, o transparencia y rendición de cuentas, en realidad poco o nada le importan. Lo importante fue esta frase… que AMLO si entendió y ejecutó.
En mi interpretación, y contrario a lo afirmado por el discurso oficial, seguimos teniendo un bajísimo nivel de cultura política, de interés por la política y en los que hacen política. Reducimos nuestra participación al acto cívico de votar el día de las elecciones.
La frase que AMLO repite de “el pueblo sabio y bueno” es demagogia pura que oculta esta lamentable realidad. Al satisfacer el Estado nuestras “necesidades básicas”, como acceder a un mínimo de bienestar, real o imaginario, se cierra el círculo del “clientelismo político”.
Por otra parte, el también eslogan de campaña de AMLO “no mentir, no robar y no traicionar”, convertida en su mantra, su discurso político y de su administración, encapsula su visión de una ética pública basada en la honestidad y la integridad, utilizada para promover una transformación moral y cultural.
jmanuelrm@msn.com