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Nuestro vino

Por Alfredo Oria

Septiembre 25, 2023 03:00 a.m.

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Hace unos días se celebró la Fiesta de la Vendimia en la vinícola potosina Pozo de Luna. Los señores don José Cerrillo Chowell y don Manuel Muñiz Werge abrieron las puertas de sus flamantes instalaciones para recibir a enófilos de San Luis, también a visitantes de otros Estados y países. El acontecimiento resultó entrañable, brillante y divertido, como suele ser cuando el vino corre dentro un caudal sereno y moja los corazones de quienes saben apreciarlo.

Enmarcado por el hermoso viñedo que ya presume madurez, la conmemoración se enfocó en los diez años que tiene el enólogo de la casa, el Dr. Joaquín Madero Tamargo, padreando vinos, criando sueños y formando almas por aquí; son ya once vendimias hiladas y más de trece años desde la plantación. La primera añada de su ahora célebre y reconocido Syrah Single Vineyard fue la 2013, vino que, por cierto, hace poco tuve oportunidad de beber y se encuentra en un momento espectacular, más profundo y complejo que nunca.

Los entusiastas del vino se reunieron en los diferentes espacios que rodean a la bodega, recién remodelada por los socios --una obra de alto nivel estético y funcional, con un gusto exquisito--, para brindar por un nuevo ciclo de la vid y de sus vidas. Algunos afortunados disfrutaron de una magna comida en el área superior del restaurante, en donde se degustaron las creaciones del Chef Guillermo Espinosa y su equipo, todo armonizado con las principales etiquetas de Pozo de Luna. Soberbio el Nebbiolo Rosado y el Gran Reserva, que sólo tienen oportunidad de probar los comensales que visitan el vergel.

En la terraza se vivió un genuino ambiente de vendimia, festivo, alegre, en momentos incluso emocionante, con una oferta gastronómica amplia entre los que se encontraban algunas de las mejores viandas de la ciudad, a cargo de profesionales de garantía como Buonarroti, La Gran Vía, una interesante variedad de paellas, quesos regionales, tapas y mucho más. La tarde transcurrió al ritmo que marcaron los dis-tintos músicos, un sobresaliente DJ y una colección de actividades, entre las cuales sobresalió el tradicional pisado de uvas, mágicamente acompañado por unas insospechadas participantes, las abejas, presencia que supo aceptarse en toda paz tanto por los seres humanos como por las pequeñas zumbadoras.

Entre tantas versiones de las fiestas de vendimia, da gusto asistir a una celebración en donde se nota que los anfitriones ponen por delante todo su esmero y cariño, que los huéspedes comprenden el sentido del festejo, que los colaboradores e invitados, gastrónomos, músicos y artistas, ofrecen calidad sobre calidad, pero sobre todo, da gusto ver tantas sonrisas y beber tan buen vino. Algo me quedó muy claro: don José y don Manuel fundaron e hicieron crecer este sueño; son los artífices y deben sentirse muy orgullosos, felices y satisfechos con lo que crearon. Es un auténtico legado. Pero lo que representa Pozo de Luna, este lugar, este terruño, ha alcanzado una dimensión muy especial: ya es de todos los potosinos, nos pertenece. Este vino ya es el nuestro.

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@anticuariodevinos

aloria23@yahoo.com