Nueva ley de la Guardia Nacional
“No tengo miedo de un ejército
de leones guiado por ovejas;
tengo miedo de un ejército
de ovejas guiado por un león.”
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Alejandro Magno.
En ruta de la seguridad civil a la seguridad castrense, la militarización camuflada, hace 72 horas fue envida a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, una iniciativa sobre una nueva “Ley de la Guardia Nacional”, más siete leyes secundarias y códigos (militares todas).
En sus inicios la Guardia Nacional iba a ser percibida por la sociedad como una institución de seguridad pública, de carácter civil, disciplinado y profesional, también, debería ser reconocida como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana Federal. Eso no paso.
Así, una madrugada de septiembre del año pasado el Senado en su conjunto, aprueba sin cambios la reforma que integraba la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas, para ser parte de las milicias mexicanas.
Y después de 167 años, desde la Constitución de 1857, donde se protegía la disposición “En tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”. Hoy, estarían constitucionalmente en C-1 (rutina-servicio, lenguaje policial en clave), derivado de la reforma al articulado: “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tenga previstas en esta Constitución y las leyes que de ella emanen”.
Se plasmó en la exposición de motivos de la nueva ley, que se va continuar incrementando las capacidades institucionales y el estado de fuerza, para fortalecer las tareas de seguridad pública donde haya mayor violencia y altos índices delictivos y en aquellas zonas donde no haya policías.
Me comentan altos militares, que, en realidad desde el sexenio pasado, existen informes por parte de la SEDENA de la descomposición e infiltración en la Guardia Nacional, que estaba “al garete” y lo peor, no funcionaba, el beneficio costo-inversión, nada más no cuadraba, costosa e inútil. Esta nueva Ley no es para fortalecer a la Guardia Nacional, como un organismo dependiente del ejército, es más bien para apuntalar más a la Defensa Nacional, ahora así llamada. Más facultades de inteligencia e investigación; participará en la generación de productos de inteligencia, en tareas de investigación con las policías y las fiscalías; desarrollará servicios de inteligencia que coadyuben a identificar los riesgos y amenazas a la integridad y permanencia del Estado mexicano (lo que ello signifique), sustentar la gobernabilidad y fortalecer el estado de Derecho y a las instituciones de gobierno.
TAPANCO: Otro tema: A través de la Guardia Nacional (un organismo federal), la Defensa Nacional, podrá conocer de los delitos del fuero común en estados y municipios, mediante “convenios de auxilio”, por escrito de colaboración y el compromiso, sí o sí, de gobernadores y alcaldes de profesionalizar a las policías con plazos concluyentes.
Uno más: Los gobernadores y alcaldes que firmen los Convenios de Auxilio”, que sólo podrán ser rubricados por el secretario de la Defensa, deberán “asistir a las reuniones de coordinación que se convoquen; aportar la información necesaria para cumplir con los fines de la colaboración.
X @franciscosoni




