Os pido posada
Ya no hay otro domingo. Este viernes es nochebuena y el sábado navidad. El martes 21 con el solsticio, la noche más larga del año, empieza el invierno.
No todos tenemos vacaciones, o juguetes, no todos podremos estar con la familia o no estará completa. Lo platicaba con participantes y asistentes de “Navidad en letras”, actividad organizada por la Casa López Velarde de la Secretaría de Cultura: han cambiado los festejos comunales, la forma de convivir con vecinos y familia, la memoria se reconstruye. Es época de desenvolver recuerdos (incluso los tristes, ni modo) y planear un año que se avisora complicado. Qué mejor que compartir historias, reales o ficticias, y pedir posada en las letras que nos han legado otros peregrinos para compartir historias escritas u orales.
Noche de paz… Se oyen las mismas letanías pero distintas pastorelas. Ambos géneros literario-religiosos apelan a la respuesta: las letanías son oraciones breves, que un coro repite o responde, como el ora pro nobis en proceso de extinción, y las pastorelas piden exclamaciones de sorpresa y, de ser posible, risas y hasta carcajadas.
Si bien casi siempre terminan vencidos, los diablos nunca son los mismos en la imaginación popular, y tampoco quienes van a ver el niño. Las pastorelas fueron tan buen instrumento de evangelización que llegaron para quedarse y cada año podemos ver este alegórico enfrentamiento en tablados variopintos. Este año se ha visto publicidad de al menos cinco, con artistas escénicos ávidos de reencontrarse con su público.
Coincido con Lelia Guerriero: “La irritación y el espanto que esta fecha produce en el adulto promedio parece la mejor garantía de que el susodicho ha dejado atrás —al fin— las torpes ilusiones de la infancia […] tengo un problema: la Navidad me encanta. Siento un placer infantil, completamente frívolo y del todo pagano ante la Navidad. Me gusta dar regalos, arreglar la casa, cocinar durante horas, sacar el mantel de las abuelas…” (El País, 2014).
Y las pastorelas. Como aquella de vecindad en La ilusión viaja en tranvía (1954) de Luis Buñuel, con guion de José Revueltas y Mauricio de la Serna, donde al final de la representación el organizador dice: “esto me pasa por darle el papel de Dios a cualquiera”. Buñuel diría después que tomó la pastorela de un libro del siglo XIX.
“Yo recibía los regalos y yo pensaba que no era más que un chico y que no había hecho nada, absolutamente nada para merecerlos. Por supuesto, nunca lo dije: la niñez es tímida”, dijo Jorge Luis Borges. ¿Merecemos estar en la lista de Santa o del Niño Dios?
Quería escribir toda la columna sobre navidad, olvidar un poco los cambiantes pesebres de la política, pero nomás no se puede. Ni en esta temporada se están quietos.
El pino gigante del Gobierno del Estado por fin prendió completo el miércoles 15, con competencia en Plaza de Armas con un árbol del ayuntamiento no tan grande pero muy fotogénico. No sé si sea correcto llamarles “posadas” (porque al parecer no se pide posada ni se entonan las letanías), pero ha habido fiestas populares con los grupos musicales de moda en varios municipios.
El gobernador ha aprovechado la temporada para dar y darse algunos regalos, como darle posada a casi la quinta parte de presidentes municipales de SLP tras la renuncia a sus respectivos partidos. Son flamantes integrantes del Verde Ecologista dos alcaldes del PRI, tres de Movimiento Ciudadano, dos de Nueva Alianza, dos de Morena y un independiente.
Otro autorregalo que apenas ayer se oficializó y se hizo público fue la inhabilitación por 18 años al ex presidente municipal Xavier Nava y por 12 al exinterino Alfonso Lujambio por no respetar un amparo en una obra. A puerta cerrada el Congreso aprobó la sanción a estos y otros nueve exfuncionarios, pero exhoneró a los presuntos implicados del PAN y del Verde. ¿Contará como regalo la detención del influencer y coleccionista de carros Gabo “N”, implicado en fraudes a/con la Secretaría de Salud y a accionistas de Invercop? El “empresario” es un eslabón, esperemos jalen de la cadena.
Otro regalo, ampliamente festejable, extensivo a toda la población, es la publicación de la declaratoria federal de Área Natural Protegida para la sierra de San Miguelito, con inclusión de la Cañada del Lobo y esas más de mil hectáreas que ya se andaban quedando fuera “por error”. Ya salió un vocero de las inmobiliarias a decir que “preocupa” que la declaratoria pueda “asfixiar” el crecimiento de la ciudad (¡!), y ya salieron varios políticos a colgarse de la nota, pero lo cierto es que la movilización social, el trabajo de los activistas y de algunos medios fue decisivo. Al tiempo. Faltan Gogorrón y la remediación de Cerro de San Pedro.
No es lo mismo regalos que presentes. Aquí y ahora. Lo demuestra la muy conocida historia de Ebenezer Scrooge, de la autoría de Charles Dickens. Puede no haber regalos, pero tenemos un “presente” por compartir, futuros por cambiar.
Ah, ya para irme a poner el arbolito: no se dice “pavo”, se dice “guajolote” (que en náhuatl significa algo así como “ave grande y monstruosa”).
Feliz Navidad. Felices fiestas.
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Posdatas: 1) estaré este martes a las 5 pm con escritor y crítico de arte José Ruiz Mercado en su programa “¿Y quién es usted?” en www.MLmedios.com, para charlar sobre mis libros y algo del ambiente artístico de San Luis Potosí: Lila López, Rogelio Hernández Cruz, danza, teatro, literatura y más. 2) Tras una pausa invernal, el 5 de enero se reanudarán las inscripciones para el taller sabatino de literatura en el Centro de las Artes de SLP, que arrancará el día 22. 3) El 7 de enero en la Casa López Velarde se presenta la novela Tiene la noche un árbol (Premio de Novela Joven José Revueltas 2019) de Diego Cristian Saldaña.