Pamboleros y villamelones
“Ratones verdes”.
Prensa mexicana años 70´.
¡Otra vez volvimos a perder! ¿Volvimos?
Al fútbol mexicano le pasa como a la seguridad pública, todos creen que le saben, pero en su vida han pateado un balón o leído un libro al respecto.
Cuando estaba en la primaria todavía era un pambolero empedernido, cascaritas al por mayor en tierra, grava, lodo y en exiguas ocasiones pastito, fueron las manos, rodillas, codos y nalgas testigos físicos sanguinolentos de arduos partidos de fútbol.
Corría el año de 1973, un grupo nutrido de chamacos vimos al Ing. De la Torre, en ese entonces Director Técnico de la Selección Mexicana caminando por la calle de Madero del centro de México, para luego meterse al Sanborns “La Casa de los Azulejos”, pues que nos metemos también para pedirle un autógrafo. Pregunta obligada y coreada, ¿Vamos a ganar el Mundial ingeniero? ¡Claro que si muchachos, vamos con todo a Alemania! La duda no era sí se llegaba al Mundial, era, sí se ganaba el Mundial.
¿Qué pasó? ¡En la torre!, que no clasifica la selección mexicana al Mundial. Mis jugadores ídolos del momento como Nacho Calderón, Héctor Pulido, el Halcón Peña, Enrique Borja, Vázquez Ayala, el Kalimán Guzmán y Manuel Lapuente, se quedaron sin boleto para la gran gesta mundialista.
Les cuento por qué no se clasificó al Mundial. En una suerte de “liguilla local”, se midió la selección mexicana con Trinidad y Tobago, Haití, Antillas Holandesas, Honduras y Guatemala, pues, de los cinco partidos, perdió tres, ante Guatemala, Honduras y Trinidad y Tobago los goleo, pasando Haití al Mundial representando a la CONCACAF.
Nuestro profesor de matemáticas que era pambolero de corazón, nos dio una explicación científica a todos los del salón de clases: “Jóvenes, los haitianos nos hicieron brujería por eso perdimos, el Vudú, fue quien nos eliminó del Mundial -en plural-”. Aparte, como era medio politiquillo, nos dijo que el dictador de Haití “Baby Doc”, Jean-Claude Duvalier, había ofrecido mucho dinero para ser la sede de los partidos y así influir en los resultados.
Y pues, que me desencanto del soccer y opté por el Fútbol Americano. Así, me volví pionero tochito al principio y luego a nivel colegial. Por esos tiempos se crea a fines de los años 70´, la Organización Estudiantil de Futbol Americano “ONEFA”, siendo el organizador de torneos a nivel universidades y colegios. Cambie los ídolos de la patada por: Roger Staubach, Terry Bradshaw, Fran Tarkenton, Ken Stabler y Bob Griese, entre otros.
TAPANCO: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”, dice bien Jorge Valdano. En un libro que leí hace ya varios años de la Real Federación Española de fútbol, que entre otras cosas háblala de aptitudes técnicas y colectivas para jugar al fútbol, decía que los jugadores debían tener un mínimo de eficacia: Dominar con habilidad y destreza correctamente el balón; Controlar y orientar la eficacia de contacto y a diversas distancias; Tirar a gol con todas las superficies de contacto a diversas distancias y con diferentes ángulos; Driblar y fintar al oponente y no a uno mismo; Saber decidir la mejor solución a la jugada que se presente; Interpretar y recuperar el balón con eficacia; Tener un gran sentido de la anticipación, tanto en ataque como en defensa, y sentenciaba: El objetivo final será lograr dominio técnico con oposición y en velocidad. De nada sirve un dominio técnico sin oposición, ya que no es la situación real que se va a encontrar en una situación socio motriz de cooperación-oposición. El nivel de perfección técnica que alcanza un jugador durante un partido de fútbol, determina la clase del jugador, sobre todo, en controles, pases y tiros.
Entre “pamboleros y villamelones” te veas…
Déjate venir diciembre cumpleañero.
@franciscosoni
no te pierdas estas noticias



