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PURA PENA AJENA

Por Juan José Rodríguez

Enero 25, 2024 03:00 a.m.

A

Es impresionante cómo a casi dos años y medio de haber asumido el cargo de gobernador, la impreparación de Ricardo Gallardo Cardona para ejercerlo no sólo sigue intacta, sino que ha empeorado. Desde hace tiempo quedó claro a los potosinos que el origen de muchos de los yerros y descalabros del mandatario es que no ha sido capaz de reconocer los límites de su poder. Ahora, queda de manifiesto que tampoco reconoce los alcances de su ignorancia.

Lo acredita así la irresponsable ligereza con que el domingo pasado confundió un evento oficial de gobierno, federal para peor, con un mitin a favor de la candidata morenista. Esto lo llevó a que en un plazo de pocas horas el presidente de la República primero lo apapachara y luego lo reprendiera por confundir la gimnasia con la magnesia.

“Se emocionó”, dijo AMLO para medio justificar el desliz de Gallardo. Es esa una expresión que en este caso no aplica. Gallardo no estaba improvisando cuando le ganó la emoción. Estaba leyendo. La precaución de no confundir las cosas debió estar presente desde los días previos cuando se preparó y aprobó el discurso. Digo “se aprobó” porque dudo mucho que lo haya escrito el propio titular del Ejecutivo estatal. 

Leer discursos oficiales escritos por otros es bastante frecuente, aquí y en China, pero quien lo hace suyo y lo pronuncia bajo su responsabilidad, debe leerlo con cuidado y verificar que no contenga barbaridades. En este caso, habida cuenta de que el desliz supone una violación de la ley, se denota que ningún abogado medianamente competente lo revisó antes de su versión final. Antes de que alguien diga que RGC es abogado, que revise bien su título.

Me detengo en estos detalles porque me parece que en el fondo lo que queda claro con su menosprecio y falta de profesionalismo, es que Gallardo Cardona no toma en serio las responsabilidades de su cargo, salvo que se traten de organizar pachangas y vestir de charro.

Desde otra óptica, como ya alguna vez lo he comentado, a lo largo de mi vida he conocido y tenido trato con 14 gobernadores. No recuerdo a ninguno, ni siquiera Jonguitud, que apareciera tanto en los medios nacionales de comunicación. Ninguno se le aproxima a Gallardo. La tragedia es que casi siempre que sale en los medios escritos o electrónicos es para mal; en desdoro de su imagen y de la representación oficial que ostenta. De alguna manera, cómo nos causa pena ajena. Este es un hecho lastimoso, pero no trascendental. Lo que importa es lo subyacente: con el mismo descuido arrogante que no se revisa un discurso ante el presidente de la República es con el que se recortan partidas presupuestales, se expiden nombramientos absurdos, se comprometen obras irrealizables, se gasta el dinero ajeno (como el de Pensiones) y se legisla a lo tonto.

Lo que sí debe haber aligerado estos últimos días los pesares de Gallardo Cardona es el aparente repliegue de su detractor más virulento y estridente, Gerardo Sánchez Zumaya. Después de un último video del martes 16 con calificativos recargados y una manifestación sin músculo ni objetivos claros dos días después, el empresario huasteco ha hecho mutis. Ya se sabrá si alguien lo aplacó o funcionó un intermediario eficiente que haya quitado hierro al asunto.

LOS DINEROS

El presupuesto anual de egresos de un gobierno revela cuáles son sus verdaderas prioridades. También, cuáles son aquellas de sus responsabilidades que menos le interesa atender. Una revisión con esos criterios del Presupuesto de Egresos 2024 de nuestra entidad, permite sin problema algunas conclusiones.

Por ejemplo: la administración gallardista de ninguna manera puede decirse humanista, indigenista, preocupada por los peligros que acechan a nuestros jóvenes, ni promotora de la cultura, ni defensora de la clase trabajadora. 

Me explico. Una de las instituciones públicas más nobles de nuestra ciudad, dedicada desde hace medio siglo a atender a los pobres de nuestros pobres, el asilo para ancianos “Nicolás Aguilar”, este año contará con un 20 por ciento menos de presupuesto; pasará, en número cerrados, de 46 a 37 millones de pesos anuales. El organismo que también desde hace décadas trabaja para mitigar los estragos de las adicciones entre nuestros jóvenes, el Instituto Temazcalli, sufrió para este año un grosero recorte presupuestal del 50 por ciento. De 50 millones de pesos cayó a 25. Similar recorte de la mitad de su presupuesto sufrió el Instituto de Desarrollo Humano y Social de los Pueblos indígenas. El año pasado dispuso de 16.7 millones de pesos y para este tendrá que sobrevivir con 8.3. 

En lo que a cultura se refiere, el panorama está para llorar. La mayoría de los centros, institutos y museos que son los escenarios de buena parte de nuestra vida cultural, alguna vez motivo de orgullo nacional, sufrieron recortes severos en su presupuesto para este año. Así, al Instituto Potosino de Bellas Artes, que desde hace lustros sobrevive con penurias, la administración gallardista le recortó un 15 por ciento, para pasar de 32 a 27 millones. El Museo Laberinto sufrió una merma del 23 por ciento, pasando de 26 a 20 millones. Situación similar vive el Museo Francisco Cossío, cuyas finanzas bajarán un 27 por ciento: de 18 a 13 millones de pesos.

Al Centro de las Artes no le fue mejor: baja de 39 a 30 millones, o sea un 23 por ciento menos. El museo Federico Silva y la Cineteca Alameda recibirán un millón anual menos, equivalente al 17 por ciento. El Museo de la Máscara y el del Ferrocarril tampoco escaparon a la guadaña: ambos sufrirán una merma del 15 por ciento, igual a un millón de pesos cada uno.

Decía en la introducción de este apartado que el gobierno gallardista no podrá ya nunca decir que alienta el espíritu obrerista. El recorte más brutal e inexplicado en el presupuesto se dio en perjuicio de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. En 2023 tuvo asignados 157 millones de pesos y para este año se le destinaron 57. Es decir, le cercenaron un 63.4 por ciento. ¿Por qué? Es hora que nadie ofrece una explicación. Lo único que se ha dicho es que dará de baja a más de la mitad de su personal. Tomando en consideración que sus empleados eran a diciembre prácticamente los mismos que en los dos años anteriores, ¿qué los vuelve tan prescindibles? ¿Estaban sin hacer nada? Si éste fuera el caso, por qué el Ejecutivo tardó tanto en darse cuenta. 

Hay un caso particular que merece más detalles. La Secretaría de Cultura contó el año pasado con 435 millones de pesos y para éste le aplicaron un descuento del 7 por ciento, quedando en 405. Aún así, resulta un presupuesto bastante elevado para las tareas culturales. Pero ojo, en esa suma está incrustado el costo de la Feria Nacional Potosina, uno de los rubros de gasto más opacos del gobierno gallardista. Si fuera posible saber con verdad cuánto es lo que se destina a la FeNaPo, no me sorprendería que fuera más de la mitad de todo lo asignado a la dependencia a cargo de Mario García. 

No olvidemos, es importante, que a diferencia del resto de los estados que consideran sus fiestas anuales eventos artísticos, de promoción turística, comercial e industrial y de esparcimiento popular, aquí el gobierno la considera el principal evento ¡cultural! de la entidad. Así lo dice el Plan Estatal de Desarrollo (¿qué burro lo habrá hecho?) y así se considera presupuestalmente.

Hay otra serie de instituciones de asistencia social o de promoción cultural a las que no les recortaron su presupuesto para este año, pero tampoco se los aumentaron. Tomando en cuenta la inflación que en San Luis Potosí cerró en el 5.2 por ciento, un ingreso similar al del 2023 en estricto equivale al 94.8 por ciento. Es el caso del Instituto Estatal de Ciegos, el albergue infantil Rafael Nieto, la casa cuna Margarita Maza de Juárez; la casa refugio Rosario Castellanos, el museo del Virreinato y el museo de Arte Contemporáneo.

La pérdida de poder adquisitivo que impone la inflación afecta por igual a todo el gasto público y a todas las dependencias que lo ejercen.

COMPRIMIDOS

En su apapacho dominical de Gallardo, previo al descontón del lunes en la mañanera, el presidente López Obrador esgrimió como argumento principal que al gobernador no lo quieren los fifis. Pues con la novedad de que tal afirmación hace agua por todos lados, en vista de que Gallardo y clan -si lo enfocamos por fortunas- ya son de los fifis más fifis del estado.

Tal y como se veía venir, ya sin rijosidad ni reclamos en voz alta, el Ceepac recibió la semana pasada una primera ampliación presupuestal de 50 millones de pesos, directa al rubro de organización y realización del proceso electoral. Esa suma representa un 50 por ciento adicional a los 100 millones que arbitrariamente le había asignado sin razones válidas el gobierno gallardista. No descartemos la posibilidad de que semanas o meses adelante haya otro incremento para volver las cosas a la racionalidad.

A poco de que se sepa con certeza, se maneja la posibilidad de que Ignacio Segura Morquecho, todavía secretario de Desarrollo Social y Regional, anterior cancerbero de la presidencia municipal de Soledad y más antes chofer de Ricardo Gallardo Cardona, sea postulado para algún cargo de elección popular. Sí así sucede, atestiguaremos otra de las demostraciones de visión, congruencia y genio político de su jefe, quien hace semanas declaró pública y enfáticamente que ni Nachito ni Uñas Largas serían candidatos a nada y que, si se les ocurría aventurarse por su cuenta, jamás volverían al clan. ¿Y entonces? 

Por cierto, supongo que en la expectativa de ser candidato a quién sabe qué cosa, Nachito ya se habrá asegurado con el fiscal carnal de que esté bien sepultada la carpeta de investigación en su contra por la malversación de algo así como 16 millones de pesos, patrimonio del PRD potosino durante el lapso que lo presidió entre 2017 y 2018. La denuncia fue presentada en su momento por su sustituta en el cargo, Guadalupe Almaguer. No vaya a ser el diablo.

Tengo para mí que la entrega mañana de los doctorados Honoris Causa a los auditores federales David Colmenares y Emilio Barriga, tiene su origen profundo en la búsqueda de alianzas defensivas por parte de la Universidad Autónoma de San Luis, luego de que sin deberla ni temerla el gobernador Gallardo Cardona comenzó a agredirla, retórica y financieramente. No olvidemos que en uno de los momentos más tensos del desencuentro Gobierno-UASLP, Colmenares publicó un artículo de opinión en diversos medios dejando claro que los estados no tienen facultades para auditar a las universidades públicas. 

Hasta el próximo jueves.