Que se gobierne para todos. Las dudas persisten

Al inicio de este nuevo gobierno, creo que nos inquieta a millones de personas en este país, el grado de deterioro de la vida pública, de lacras y de degradación de las instituciones en que se encuentra, y ver que a todo ello ahora se añade el error de no querer escuchar opiniones divergentes o críticas, que solo buscan, aun cuando con óptica distinta, el bien de la nación. Y lo que preocupa aún más, es que esas voces de crítica son tratadas con cierta hostilidad o falta del respeto que todo gobierno democrático debe a sus ciudadanos, aun cuando lo critiquen. Que no responde con argumentos y razones sino con descalificaciones y adjetivos que interrumpen el debate de las ideas. Genera grandes dudas la enorme cantidad de recursos que el presidente López está comprometiendo en todo tipo de programas, sin explicar a los mexicanos el modo en que se financiarán. ¿Los super delegados van contra del federalismo con que se fundó el país?
En verdad y a pesar de que en éste espacio hemos hecho uso de nuestra libertad de expresión para criticar algunas de las acciones y dichos del presidente López, no podemos más que desear con sinceridad que este sexenio sea exitoso para nuestro querido país, de avances reales para todos los mexicanos de carne y hueso. Y lo digo así porque el bien del país, de México, no puede ser otro ni distinto que el bien de los seres humanos, de los ciudadanos, que lo habitamos. En lo personal, me gusta más hablar del Bien de los Ciudadanos, que el del Pueblo, porque esta última es una expresión abstracta que suelen usar demagogos y líderes populistas de la izquierda y de la derecha por igual, para justificar decisiones opinables o arbitrarias, que, si en el corto plazo parecen útiles o necesarias, a la larga resultan contraproducentes y muy costosas para el erario público, como puede ser la cancelación del NAIM. Bastaba con cancelar los contratos viciados y exigir la reparación del daño que hubiere.
En este mismo espacio, desde hace varios años venimos clamando por un cambio en el sistema político del país, que en sus estructuras, leyes y acciones de gobierno, han retrasado el verdadero desarrollo de México y de los mexicanos. Hemos dicho con frecuencia que muchas de las instituciones públicas están totalmente desvirtuadas y no cumplen ni de lejos con el propósito para el que fueron creadas. Partidos políticos, congresos estatales y el federal, organismos de impartición de justicia, de Auditoría Superior, Sindicatos y muchas esferas de la administración pública en municipios estados y en la federación, caen sumergidas en un pantano de corrupción, y lo más grave, de impunidad.
La violencia e inseguridad que asfixia las posibilidades de felicidad de los mexicanos, la falta de policía confiable en muchos municipios y estados en donde ya no es raro, sino lo contrario, que se involucren y se asocien con los delincuentes, sumen en la desesperación a muchos miles o cientos de miles de familias en todo el país.
Por ello, es necesario un cambio de régimen que asuma y valide las mejores prácticas democráticas, que respete cabalmente la autonomía de los municipios y la soberanía de los estados, es decir un federalismo que aplique también una verdadera reforma fiscal que lo haga realidad. Sin embargo, me parece que el presidente López y sus asesores, no han tenido hasta el momento acierto para efectuar la gran cantidad de transformaciones que se necesitan, sin causar daños precisamente a quienes más dice querer ayudar: “primero los pobres”, por ejemplo, la cancelación del NAIM, que repercutirá por fuerza en un freno al desarrollo y al empleo.
Ojalá lo logre, pero parece complicado que el gobierno de AMLO cumpla su reiterado y muy anunciado compromiso para combatir y acabar con la corrupción en todo el país, si empieza por aplicar el perdón (o amnistía, como el la llama) a quienes prevaricaron y saquearon la riqueza de los mexicanos hasta el día anterior de que él asumiera el poder presidencial, según lo ha expresado repetidamente. Justifica: “Lo mío no es la venganza”. Esa cuestionable estrategia, que podría ser una noble y cristiana actitud, si solo se tratara de su patrimonio personal el que resultó dañado por el abuso y el saqueo. “La corrupción se acabará en el país, a partir de que asuma el poder, o sea el 1º de diciembre”, porque como “soy honrado, todos se tendrán que convertir, incluidos los cientos, tal vez miles, de funcionarios que en todo el territorio nacional han estado asaltando la riqueza pública del país. ¿Cómo le va a hacer con la corrupción escandalosa del sindicato de PEMEX? ¿Y la del SNTE? En su anunciada Constitución Moral, ¿cómo podrá hacer congruente y consistente, combatir y sancionar a los nuevos corruptos de hoy sin tocar siquiera a los del sexenio anterior?

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En su esfuerzo continuo por aportar a contener el mar de corrupción que ahoga a San Luis Potosí, el Frente Ciudadano Anticorrupción organizó el pasado miércoles su Primer Foro de Fiscalización y Denuncia Ciudadana, en el que participaron ciudadanos particulares de distintos municipios del Estado y representantes de los Ayuntamientos de la Capital y de Villa de Reyes, además de un nutrido grupo de ciudadanos de Cd. Del Maíz con varios denunciantes, que hicieron el esfuerzo colectivo y muy meritorio de viajar desde muy temprano y llegar en ayunas con la firme decisión de hacer las denuncias de los latrocinios y el saqueo desatado en su Municipio, por el alcalde en funciones del trienio pasado. Todas esas tropelías del alcalde en múltiples ocasiones ya las habían reportado a los diputados del Congreso y a la Auditoría Superior del Estado, sin que, hasta el momento, hicieran algo para detener y sancionar la depredación y la rapiña.
La corrupción solo podrá contenerse, cuando empecemos a ver en la cárcel a algunos, siquiera algunos, de quienes se han enriquecido en los cargos públicos.