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Reforma

Por José Santos Zavala

Septiembre 11, 2024 03:00 a.m.

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Quizá la frase ¡Reforma sí, pero no así! sintetiza las posturas que está viviendo la clase política en torno a la propuesta de reforma al poder judicial. De manera implícita los protagonistas están de acuerdo que el marco jurídico requiere de cambios para que millones de mexicanos tenga acceso a la justicia, la cual solo se aplica a quienes tienen dinero, poder político o influencias. Pero el punto de desacuerdo gira en torno a la forma de nombramiento de las y los magistrados. Esto ha desatado una confrontación en el senado, en la cámara de diputados, el cual se trasladó a las calles, en las que ciudadanos se manifestaron a favor y en contra de la reforma. 

En el debate se hace referencia a la postura de los involucrados, pero no a la situación de injusticia en la que se encuentran miles de personas. Se utilizan frases con adjetivos que descalifican a quienes están en contra de la propuesta: “trabajan para la mafia del poder”, “son gente que no tienen contacto con el pueblo”, “son frívolos, alejados del pueblo”. Para descalificar a los promotores de la reforma se han utilizado expresiones como: “la propuesta de reforma no garantiza la justicia”, “son cambios a capricho, a contentillo”, “son una instrucción desde palacio”, “no son iguales, son peores”, “están sordos y cegados”. 

Este tipo de debate solo es de interés para la clase política, pero no para la inmensa mayoría de la sociedad, solo así se explica que la semana pasada en X, anteriormente Twitter, el abandono de Adrián Marcelo de la casa de los famosos haya tenido 859K de tweets contra 289k de menciones a la reforma judicial. No es el tema, sino la forma lo que incomoda a las y los ciudadanos. Los problemas públicos se solucionan por sus causas, no dramatizando sus consecuencias y las formas de actuar de sus actores políticos. Es necesario un debate argumentado con datos cuantitativos y cualitativo en torno a las injusticias que vive el país.   

La impartición de justicia requiere de cambios profundos, todos los días vivimos miles de casos que requieren de una justa aplicación de la ley. Que van desde las condiciones de precariedad laborales de miles de jóvenes, hasta la privación de la libertad de manera injusta de muchas personas. Es fundamental como son nombrados las y los jueces, pero también hacer frente a los procesos que se siguen en la aplicación de las leyes y la ética de los defensores de las y los acusados. Es un avance que se democratice al poder judicial, pero el riesgo que se corre es que los vicios de los procesos electorales lleguen al mismo.  

Finalmente, sin duda que habrá reforma al poder judicial, las negociaciones políticas se han realizado con éxito, pero deja profundas heridas que hay que sanar y las políticas públicas son el instrumento para hacerlo, ya que estas unen lo que la política divide. En la impartición de justicia hay que concebir a las víctimas no como beneficiarios, sino como productores de las soluciones de las situaciones sociales que sean definidas como problemas públicos que requieren de la intervención de las instituciones gubernamentales. Próxima colaboración: 25 de septiembre de 2024.

@jszslp